Durante la universidad me hice amigo de artesanos, por medio de ellos me hice amigo de sus amigos, amigo de sus familias hasta formar parte o ser más un miembro de sus familias. Me era difícil socializar con alguien en particular, tal vez por ser un mundo nuevo, pero entre cuentos, músicas, historias de sus viajes a otros países, comidas, etc. disfruté mucho de esos tiempos.
Basicamente es así, siempre creemos que la familia es consanguínea pero a veces no todo es como lo dictamina la sociedad
En lo personal, todos los días me reuno o los saludo cuando paso por un lado, compartimos anécdotas, hablamos de temas espirituales y regalamos abrazos, esa amistad es lo mejor que uno puede desear