Lugar sagrado: Monte Sorte, Santuario de Lionza
La semana del 12 de octubre, centenares de espiritistas, adeptos de la santería y ciudadanos en busca de salud, consuelo o protección se dan cita en esta montaña venezolana, donde según la tradición apareció María Lionza, deidad femenina y pilar de esta creencia.
En todos los altares, María Lionza es representada como una Virgen bella y sonriente, rodeada de flores, frutas y perfumes y acompañada siempre del cacique indio Guaicaipuro y del Negro Felipe, luchador durante las guerras de independencia de Venezuela. En eslabones inferiores, la santería mezcla libertadores, médicos, curanderos, vikingos, esclavos y hasta ladrones famosos.
“Ya perdí la cuenta de los años que hace que vengo. Soy la abuela de la montaña. Me he quedado muchas veces solita aquí con mi reina y los espíritus. A ella le debo todo, hasta mi curación”, afirma Nerbis Probasta, una anciana que fuma su habano ante uno de los altares, mientras recuerda que antes no podía levantarse de su silla de ruedas y ahora lo consigue.
Las referencias más antiguas al culto se encuentran en testimonios orales que datan de finales del siglo XIX, en los que campesinos de la región de Yaracuy - y algunas áreas adyacentes - comenzaron a afirmar la existencia de una devoción de corte campesino y afrovenezolano en las sierras de Sorte
El culto a María Lionza es una importante manifestación religiosa autóctona venezolana. Puede decirse que es una religión integradora. Ella, la reina, ejerce la protección de la naturaleza y la encarna. Todo el culto tiene que ver con sanaciones a través de conocimientos ancestrales naturales", explica en entrevista a RT, Soledad Vázquez Armella, directora de la fundación MadreLionza, que investiga sobre las diversas manifestaciones religiosas venezolanas.
A Sorte nadie puede acceder sin pedirle permiso previo a la ‘reina’ María Lionza a los pies de la montaña.
Espiritistas, santeros o simplemente ciudadanos/as en busca de salud y protección, se concentran cada año en esta montaña venezolana. A través de diferentes rituales, las personas se entregan a procesos de sanación y ofrecen sus cuerpos a los espíritus.
Van a la montaña y llenan todos los lugares disponibles para armar sus portales y realizar sus ritos.
Subiendo a un lado del río que baja de la colina, se puede ver a los feligreses que se sumergen en los pozos y se bañan bajo las caídas de agua, para hacer purificaciones y despojos.
En los portales, la gente observa admirada cuando uno de ellos es poseído por alguno de los espíritus de la corte de la Reina Lionza, que son invocados para hacer purificaciones.
Estos entes hablan a través de quien es poseído y traen mensajes para los presentes.
Es obligación para cualquier devoto bañarse en el río después de cada sanación y caminar descalzo. Cualquier rincón de esta montaña sagrada sirve de altar, entre riachuelos y pequeños caminos, para María Lionza, siempre sonriente y acompañada de flores, frutas, velas, tartas y perfumes.
“Sin fe nada ocurre, con fe todo puede curarse. Yo ya he puesto de pie a seis inválidos. Tengo muchos pacientes en Sorte”, explica Edson, santero de 53 años, exhausto tras una ceremonia de curación.
¡ Gracias por leer!
creditos
nerviofoto.net
noticias24.com
tarotdemaximo.blogspot.com