Pequeño mal  en gran  bien.

Y en el alma brota con una gota,
Allí el diablo con la muerte bebe.
Enciendo las velas en el alféizar de la ventana.
Tu bebe mi compota tu compota
Recuerdo que una vez miraste
Y el frío cielo está vigilado.

Eres tu muro Rompo la ventana en ti
Con la sangre de un niño pobre,
Con una nueva fuerza se alzó por encima de ella...
De la boca del creador de los cielos santos.
O de nuevo... así que, por cierto mañana,
Loco, en definitiva.

Lo que permitirá entrar en un sueño ligero,
Que la lealtad mantenía encadenados.
La luna grande se encenderá.
Y el silencio resonante.
Ámalos por todas las historias.
Y se les ocurrió una noche para recordarnos los sueños de los sueños.

Como si no hubiera rastro de ellos.
Aquí el fuego es como dos y dos.
Caducifolio solar
Una vez, por la mañana, paseando por las salas,
Ilumina mi alma con un tirón.
Por fragmentos de espejos curvos.

A quien un brillante éxito.
Impuesta por las fundaciones
Para divertirse y caminar.
Y la ira - dispara con precisión.
Todo lo que de repente se puso caliente y relleno...
Recuerdo las estrellas brillando.

Balanceando como escalas
Es una pena que Nietzsche no estuviera aquí conmigo.
Fue el mismo carrusel
Sollozo Nadie me escuchó.
Tantos años, y la mente se enfrió,
La ventana subirá, más cerca de la luz.

Bueno, está bien, ya que mi corazón no puede quedarse.
Morirá de nuevo hoy...
¡Nos parecerá como momentos!
¿Quién está allí en el este como en otra vida...
Para alimentar a tu minotauro.
Deliberadamente, sin esperar pequeños cambios.