Una  ventisca en  ríos sombríos.

Desvergonzada sabana de amapola, enrojecimiento de nuestros caminos.
Solo sé, cada vez como en el cielo,
Eso no es por un día...
El cuarto año sueña con un nuevo país.
Miente contra la mentira, y no hay nada que cubrir aquí.

En el bullicio de la vida ahora es simple,
Deshazte de los hombros del doble poder del corsario.
Levantando ruinas de oro.
Y el tren se apresura indiscriminadamente.
Señor de la noche.

Hipopótamos, centauros irán con él,
Envuelva los hombros del humo del cigarrillo.
Pavimentar la carretera entre arboledas de peonias,
Tu me amas
Y todavía estás esperando que llegue ese día.

Le das miedo a los débiles al gusto.
Vas a ir, y los pasos son rejas.
Y con el dragón para conducir bailes,
O de nuevo... así que, por cierto mañana,
Mañana volverá a la vida.

Y la alegría es más aguda de los sueños inspirados.
Todo va hacia ella...
¿Dónde hornean el pastel con arena dorada?
Ninguna mala acción
Donde hay felicidad hay un nuevo paraíso.

Se reemplazan decenas de cuerpos femeninos.
Hay magia en el silencio de medianoche.
Grado de importancia de ti, en mi corazón.
El parquet chilla sin sentido.
Al unísono, el sonido de los corazones, imperceptiblemente.