Porque cuando nos ponemos viejos...

Porque cuando nos ponemos viejos todo lo vemos desde otra perspectiva tan distinta a la que teníamos cuando eramos jóvenes, creíamos que todo era posible, que lo que los demás no habían logrado era porque no tenían nuestras potencialidades sobrenaturales que nos permitirían hacernos dueños del mundo...

Luego a medida que la vida nos da lecciones la realidad cruda y cruel, vemos que aunque nos esforcemos hay muchas cosas que nunca podremos lograr, bien sea por tiempo, dedicación u omisión. Es en ese preciso momento nos llegan nuestras primeras desilusiones y depresiones que si no logramos vencer, pueden indicar el principio del fin.

Es ahí en plena madurez, que si no logramos conducir nuestras frustraciones no nos permitirá llegar a la meta más importante (Ser Feliz), que no significa para nada la obtención de artículos u otros tipo de propiedad, la amistad sincera, el amor verdadero, la unión familiar que son los verdaderos valores y principios que nos harán vivir plenamente feliz.

Con opulencia o con carencias, si estos valores y principios no están presentes, solo será una felicidad pasajera y nada de plenitud. La cual se siente cuando compartimos con seres queridos que no están con nosotros por algún interés en particular, si no por el simple hecho de compartir la vida. La felicidad es esos pequeños momentos que a diario nos dan un experiencia única de la vida, es la simplicidad la que al final nos hará sentir plenamente vivos...