El Protocolo, un proyecto con vida propia...

...Y es que cuando un proyecto cinematográfico como El Protocolo, que es bastante mayorcito desde su creación con sus doce años, y escrito en mi tiempo libre. Entonces, es normal que adquiera vida propia. Pero ya el hecho de estar inspirando en otro proyecto real, nace con un motivo de existencia. Como todo. Y no pasaron doce años guardado en cualquier cajón de escritorio, qué va. La obra estaba en constante crecimiento: mejorándose, incorporándose a ella nuevos elementos de la realidad que enriquecen la historia, perfeccionando el desarrollo de la narrativa... sin prisas.

En ese proceso de crecimiento del proyecto, algunos lectores encontraron este guion de su gusto e interés (como mi profesor guionista) otros, todo lo contrario. Por lo tanto, ya yo sabía (gracias a mi profesor) que teníamos en manos una trama controversial, futurista, utópica, de ciencia ficción y muy extensa... ambientada en el 2030, aunque cada vez estemos más cerca de ese futuro.

Sin prisas, llegó el dos mil veinte y bajo ese silencio del encierro mundial aproveché para terminar la adaptación del guion a novela, pensé que sería más fácil hacerla leer como novela que como guion. Pero al mismo tiempo, aquellos anteriores lectores de la obra, comenzaron a preguntarme -qué había pasado con el guion-. Me sorprendió el sincronismo de ese interés, aunque la mayoría de ellos no recordaba exactamente de qué iba la historia, pero sí recordaban que se trataba de un fenómeno que ocurría a nivel mundial, y probablemente los eventos que estábamos viviendo en ese momento les trajo algo "de lo mundial" a la memoria. Eso me motivó.

En adelante, y ahora sí con mucha prisa y motivada, comencé a enviar las primeras veinte páginas de la novela requeridas por las editoras. La primera de ellas, me respondió a los cinco días solicitándome el guion de esa novela. No me dio tiempo de enviar a más editoras. A partir de ahí, (y siempre en mi tiempo libre) el Protocolo regresó a su formato original como guion literario de largometraje, hasta que los lectores de productoras y afines, que se interesan por el proyecto lo prefieren en otro formato... y así llegamos a hoy, con una obra mucho más crecida y madura, convertida en una miniserie de cinco episodios. Lista para comenzar otra parte de su aventura.

Así es el proceso. Aquella energía que le ponemos a las cosas hacen que estas adquieran vida propia.

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