Por una eventual y oportuna situación que desde 1895 hasta principios del siglo XX tuvo relación con el tendido de una vía ferroviaria en la Sierra de Atapuerca en Burgos, España, se dio inicio a uno de los hechos más importantes de la historia de la paleontología y la arqueología a nivel mundial. El ferrocarril se inició con una línea para transportar carbón desde las minas del norte de Burgos hasta Vizcaya. Los constructores de este sendero destinado al ferrocarril, se toparon y pusieron al descubierto uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Europa (National Geographic, 2017).

Se trata de la ubicación de los restos humanos de hace unos 800.000 años, correspondientes, de acuerdo con los estudios pertinentes del caso, de los hombres primitivos más antiguos de Europa, el llamado Homo antecessor, encontrado en la Sierra de Atapuerca, en el yacimiento de la llamada Trinchera del Ferrocarril. Como registro de cierta cantidad de fósiles humanos, la información derivada de ellos ha servido para obtener un conocimiento cabal y bastante aproximado de la evolución del ser humano y de su comportamiento vital y social, así como los cambios ambientales, el entorno natural, la flora, la fauna y otros datos de interés (Jan van der Made et al, 2003).

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La Sierra de Atapuerca está situada a unos 15 kilómetros de la ciudad de Burgos. Cortada por una trinchera abierta durante los trabajos del ferrocarril, el cual funcionó hasta los años 30 del siglo XX, están expuestas unas cavidades y cuevas que contienen ricos yacimientos arqueológicos y paleontológicos. Numerosos e importantes fósiles humanos han sido hallados en tales excavaciones, como el de un pequeño fragmento de mandíbula humana en 1976 y en 1995 un fragmento de parietal humano, y desde entonces varios significativos hallazgos se han localizado en diferentes niveles estratigráficos de diversos sitios asociados a las exploraciones de los lugares de extracción (Jan van der Made et al, op. cit.).

¿CÓMO ERA EL HOMBRE DE ATAPUERCA?

De acuerdo con estudios de los especialistas, basados en la colección de huesos fósiles de las cuevas de la Sierra de Atapuerca en Burgos, se ha podido describir la morfología corporal de aquellos seres. Serían individuos con una estatura media de 1,63 metros, de rasgos de carácter primitivo, con cuerpo ancho y musculoso y de masa cerebral pequeña. Al paso de la evolución daría lugar al neandertal, 200.000 años después, con un cerebro más grande y con más circunvoluciones cerebrales, y, por supuesto, al del hombre actual (Rivera, Alicia, 2015).

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Utilizaban, muy primitivamente, ciertos instrumentos de trabajo, como cuchillos de piedra, herramientas para raspar madera y desollamiento de animales para aprovechar sus pieles. Tales instrumentos eran llevados consigo en los traslados para conseguir alimentos, agua y para solucionar problemas técnicos y tareas cotidianas. El uso de estos instrumentos sugiere una selección y producción consciente de materiales y rocas para obtener logros adecuados en el uso y la obtención de productos para la supervivencia. (Sala R., Carbonell E.. (2001).

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A esto hay que añadirle que por el comportamiento social y de trabajo fuertemente especializado que el hombre de Atapuerca efectuaba, es de suponer el uso de un lenguaje y de un simbolismo, probablemente muy elaborado, que se manifiesta en los actos de enterramiento masivo de sus muertos y el hecho de hacer uso del canibalismo como forma de supervivencia o acto ritual.

Esta sería, en líneas muy generales, parte de la historia del desarrollo y evolución del ser humano que el hombre de Atapuerca ofrece para dilucidar, al menos en parte, las incógnitas relacionadas con el origen y el comportamiento, en su complejo andar y desandar por los vericuetos de la historia.

REFERENCIAS

Jan van der Made, Emiliano Aguirre, Markus Bastir, Yolanda Fernández Jalvo, Rosa Huguet, César Laplana, Belén Márquez, Cayetana Martínez, María Martinón, Antonio Rosas, Jesús Rodríguez, Antonio Sánchez, Susana Sarmiento y José María Bermúdez de Castro (2003). El registro paleontológico y arqueológico de los yacimientos de la Trinchera del Ferrocarril en la Sierra de Atapuerca. [Documento en línea] Disponible: https://eprints.ucm.es/10896/1/COPA0303220345A.pdf) (Consulta: 14-03-19).

National Geographic (2017). Atapuerca, la cuna de los humanos más antiguos de Europa [Documento en línea] Disponible: https://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/atapuerca-la-cunade-los-humanos-mas-antiguos-de-europa_7021/1 (Consulta: 14-03-19).

Rivera, Alicia (2015). Los humanos de Atapuerca eran más corpulentos que los neandertales, pero con menor cerebro. [Documento en línea] Disponible: https://elpais.com/elpais/2015/08/31/ciencia/1441031460_976274.html (Consulta: 14-03-19).

Sala R., Carbonell E. (2001). La sierra de Atapuerca: una clave en la evolución humana de Europa. [Documento en línea] Disponible: file:///C:/Users/OMAR/Downloads/La%20sierra%20de%20Atapuerca%20una%20clave%20en%20la%20evoluci%C3%B3n%20humana%20de%20Europa%20(1).pdf (Consulta: 14-03-19).