Filosofía: Kierkegaard y el sentido de la vida

Søren Aabye Kierkegaard fue un filósofo y teólogo danés del siglo diecinueve que sentó los caminos del existencialismo por los que transitarían, entre tantos, Heidegger y Sartre. El danés analizó la libertad del individuo, su responsabilidad, la desesperación, la angustia y su filosofía muestra gran preocupación por la condición de la existencia humana.

No es mi intención extenderme sobre sus obras o sobre lo importante que fue el aporte de sus libros al mundo de la filosofía, porque dicha tarea sobrepasa el espacio de este formato. Apenas voy a mencionar una frase de su autoría que curiosamente no leí directamente de él. En la película Experimenter de 2015, sobre la cual publiqué un post titulado La obediencia a la autoridad: estudiando el cerebro humano aparece una frase de Kierkegaard que me llamó mucho la atención. Antes de enunciarla quiero aclarar que la palabra sentido incluida en el título de este artículo atiende más a su concepción de dirección que a la de propósito. No se trata entonces de nuestra misión en la vida, sino de la dirección en la cual se mueve nuestra existencia. La frase es la siguiente:

“La vida sólo puede ser entendida mirando hacia atrás, pero tiene que ser vivida hacia delante”

Comencemos con el final de la frase. La vida "tiene que ser vivida hacia adelante". Parece una obviedad, pero el sentido de la vida entonces, su dirección, es hacia adelante. Estamos condicionados por la marcha del tiempo. Hasta ahora, todos convenimos en que el tiempo transcurre inexorablemente de forma lineal pasado-presente-futuro, por lo tanto nuestro futuro está adelante. Esto significa que no debemos olvidar que la vida se mueve en ese sentido y que quedarnos anclados en las experiencias del pasado es perjudicial. Tanto o más dañino es tratar de sustentar nuestra existencia con las promesa de un futuro que no es una certidumbre. Vamos siempre hacia adelante, pero no conocemos el final del camino. Es como viajar por una carretera de una sola vía que puede acabarse en el momento menos esperado.

Ahora bien, lo que más me gusta de la frase es su parte inicial, “La vida sólo puede ser entendida mirando hacia atrás”. Lo que le confiere, en mi opinión, la fuerza a la frase es la palabra sólo. Esto quiere decir que no existe otra manera de entender nuestra existencia. Ese entendimiento es una prerrogativa propia, una exclusividad del análisis retrospectivo. No puede entenderse la vida, según la frase de Kierkegaard, analizando el futuro, porque no ha acontecido, ni el presente, porque es el efecto de hechos que lo preceden. Aunque a primera vista pueda parecer una contradicción en sí misma, no lo es. Hay quién pudiera confundirse en eso de que no debemos anclarnos en el pasado, pero sus análisis nos sirve para entender la vida. Una cosa es usar las experiencias pasadas para reflexionar sobre ellas y otra es arrastrarlas hasta el presente.

Supongamos que vivimos una experiencia negativa en el pasado (una ruptura amorosa, la pérdida de empleo, un revés emocional). Si se utiliza ese pasado para justificar el presente y se dejan de hacer cosas o se hacen otras por eso que ocurrió, eso significa que el pasado ha sido arrastrado hasta el presente, constituyendo una pesada carga que no ha sido liberada, como la leyenda de los dos monjes budistas que encontraron a una mujer al borde del río. Lo que Kierkegaard quiere decir es que sólo se pueden comprender las dimensiones reales de lo que nos ocurre, una vez que han quedado atrás. Javier Marías, escritor español, expresa en una de sus novelas que “acabamos viendo toda nuestra vida a la luz de lo último o de lo más reciente, como si el pasado hubiera sido sólo preparativos y lo fuéramos comprendiendo a medida que se nos aleja. El resaltado es mío, para ilustrar la relación de esta frase con la del filosofo danés: la distancia temporal es la que nos permite analizar y sobre todo, comprender, los hechos y nuestras acciones.

Entonces, ¿hacia dónde se mueve la vida? ¿en que sentido viaja? Hacia adelante, en un avance progresivo. Pero, ¿cómo debe ser comprendida la vida? ¿cómo debe analizarse? Hacia atrás, con un enfoque regresivo. Sólo podemos conocer los efectos de un hecho, cuando éste ya ha ocurrido y todo ha pasado; es entonces cuando podemos analizar verdaderamente sus causas, consecuencias y podemos utilizar esa información para moldear nuestro presente, para comprenderlo, sin traer ese pasado a nuestra actualidad. Esto es sólo la punta de un iceberg de reflexión que se deriva de apenas una frase de Kierkegaard. El espacio debajo de este post, disponible para los comentarios, queda abierto para dejar sus aportes y para continuar la reflexión sobre el tema. Gracias por leerme.

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