Relatos de un demente: la destrucción de Black house
Black house. Así fue como nombre a la casa que cree en mi mente. Allí solían vivir todas las personalidades con las que comparto mi cuerpo. Por uno que otro conflicto, a lo largo de los años, todos decidimos construir esa casa, así todos tendríamos nuestro espacio, así todos tomaríamos el control de vez en cuando y todos saldríamos de la casa cada cierto tiempo.
Durante muchos años vivimos así, pensé que funcionaba. Pero después de lo que paso, todo cambio. Simplemente no lo pude manejar, no estaba preparado para eso. Mi mente y mi espíritu se quebraron, y con ello, literalmente se vino abajo Black house, quedo completamente destruida, se hizo pedazos. Solo quedo un terreno vacío en mi mente, cubierto por escombros y muchas personalidades vagando y luchando ferozmente entre sí para tomar el control; Blake Smuck listo para desatar el infierno sobre la tierra, Ágata quiere ser una mujer libre, Rage quiere hacer todo el daño posible solo para satisfacer su psicopatía, Harry desató su pasión desmedida y quiere saciarla con la primera mujer u hombre que se cruce por el camino, el pequeño Calvin llora asustado en un rincón, el coronel Brock pretende establecer orden severo en el mundo, Brop quiere pelear, es lo único que sabe hacer, , su existencia se basa en la preparación física para pelear, Jano, maestro del engaño, pretende hacer unos cuantos negocios con la misma táctica de siempre: hacerse pasar por noble, cuando sus intenciones reales son crueles. Por su parte, Baptomed planea un rito para invocar a su maestro oscuro en busca de poder, mientras Quimera pretende manipular para sembrar el extremismo e individualismo, basado en las leyes de Charles Darwin, quiere implementar una lucha entre los seres humanos, para que solo sobreviva el mas digno y el mas fuerte. Adam esta triste, como siempre y Jhoiner dice que tomara todo lo que desee en el mundo, por cualquier medio, para el no existe la palabra “robar”.
Todos toman el control por momentos mientras pelean entre ellos; yo los miro sentado sobre los escombros, sin tener idea de que hacer, sin querer siquiera imaginar todo lo que hemos hecho “afuera”, a la vista de los demás...