Placeres de Redes Sociales
Luego de sentir su estaca hasta el fondo Katrina se preguntó cómo había terminado en un hotel con un hombre del que solo conocía su perfil en en instagram, realmente no recordaba por qué lo había agregado, pero es que llevaba una vida muy agitada en la cual solo tenía contacto a través de las redes sociales y su cuerpo necesitaba sexo tanto como pedía un café los domingos de lluvia.
Lo cierto es que estaba compartiendo fluidos con Arnaldo, le sorprendía lo rápido que había surgido todo, una mañana estaba pensando en bloquearlo, al día siguiente intercambiaban casualidades y en menos de una semana sentían tanto deseo que se saltaron los protocolos sociales, pasaron de un inocente mensaje de buenas noches a prometerse besos por cada rincón de sus cuerpos, el deseo se incrementaba con cada foto, se dormían masturbándose, querían saborear cada parte de lo que veían en sus celulares, por eso no tardaron en concretar el encuentro.
Cuando llegaron a la habitación se dieron tiempo para contemplarse, se besaron con calma, estando sobre Arnaldo podía sentir como su pene se iba despertando, su erección fue contundente y sin desnudarse del todo se movió sobre él como una adolescente que no puede tener sexo, a mayor ritmo más gemían de deseo y desespero, la ropa se regó por todas partes, con un movimiento se puso sobre Katrina y le abrió las piernas para masturbarla, disfrutó chupando sus pezones erectos, cuando la tuvo muy mojada la torturó recorriéndola desde el ombligo pasando por sus muslos hasta finalmente perderse entre los pliegues de su vagina, solo paró para pedirle que se frotará el clítoris mientras él se la comía y le apretaba los senos, se sentía deseada, tocada por todas partes y él chupaba con tanta maestría que un orgasmo recorrió todo su cuerpo, gustoso saboreó sus flujos y con la boca llena la besó.
Su pene le presionaba el vientre, Katrina estaba maravillada con semejante ejemplar, por un instante dudó si podría tragárselo todo pero el reto la excito aún más, decidida comenzó a chuparle las bolas mientras él fascinado la golpeaba con su látigo de carne, quería tomar el control así que de un golpe se lo hundió todo en la boca, las lágrimas se le salieron pero no paró de disfrutar ni de manosearle los testículos, lamió y chupó como si su vida dependiese de ello, ambos estaban deleitándose pero sus cuerpos pedían fundirse.
Ella llenaba de besos todo su cuerpo mientras él se apuraba en colocarse el preservativo, la acostó sobre la cama y puso sus piernas sobre los hombros, Katrina sintió que su pene la invadía por completo, fue como si explotará por dentro, él estaba encantado con que a ella le cupiese todo con tanta facilidad, estaba tan mojada y era tan liviana que podía hacer lo que quisiera, era como su muñeca sexual de carne, calor y humedad, gemían al alucinó, diciéndose lo mucho que se deseaban, lo genial que había sido coincidir y lo maravilloso de estar juntos.
Sentía su pene latir, movía las caderas controlada por la pasión pero él la frenaba ahorcándola, le gustaba llevar el ritmo y adoraba presionarle el vientre cuando le hundía todo el pene.
-Déjame cumplir mis promesas.
Arnaldo la volteó sin sacárselo y la dejó cumplir -Puedes hacer lo que quieras, soy todo tuyo- estando sobre él poco a poco fue metiéndose su duro pene, sentía como se iba abriendo paso en su mojada vagina que gustosa lo recibía, el gemía de placer y le rasguñaba la espalda, cuando lo tuvo todo adentro no pudo evitar cabalgarlo con rapidez.
Katrina cerró las piernas y cruzó los pies para hacer presión sin sacarse el pene, no sabía cuantos orgasmos llevaba pero sabía que el de él estaba cerca, Arnaldo le pidió que se frotase el clítoris para acabar juntos y ella obedeció, sus manos se le marcaban en la cadera, escuchar sus gemidos en el oído la hacían enloquecer, cuando acabaron un grito retumbó en la habitación, ambos sonreían abrazados.
Él se preguntaba dónde había estado ella todo ese tiempo porque a pesar de estar cerca nunca habrían coincido de no ser por un descuido en Instagram, ella se dejaba querer, no creía en sentimientos express pero tampoco le había ido bien con los que se conocen y tardan en expresarse así que disfrutaba al máximo el momento, no sea que las cosas fuesen como ella creía y no como él decía.
Se acariciaban mientras se besaban las palabras, no parecía que tuviesen menos de quince días de conocerse, su pene no tardó en despertarse y entrar solo a su cueva, aun estaba sensible, un orgasmo la sorprendió, feliz Arnaldo bajó a su vagina para disfrutar de su néctar, haciendo maravillas con su lengua le sobrevino una replica, no quería darle tregua, besándola con sus flujos en la boca se hundió todo en ella, quería gritar pero no podía, parecía un mar agitado de todas las olas de placer que la arrasaban, se aferraba a sus nalgas y le mordía el cuello, la puso en 4 para darle sonoras nalgadas, pidiéndole que se quedará quieta y disfrutará sin dejar de tocarse para él, la jalaba por el cabello para poder besarla, sentía su carne latir, aprovechó su éxtasis para despegarse y darle una mamada, quería probar su leche, se lo hizo como si siguiera cogiéndola.
Arnaldo se entregó a ella y se vació en su boca pero quería terminar como comenzó así que aún temblando bajó a su vagina y se comió su premio, los dos tenían la boca blanca, excitados se besaron intercambiando fluidos, el sabor mezclado era alucinante.
Rendidos y cansados se observaban hablando de sus vidas, si se esforzaban podían tener algo realmente bueno, el sexo era brutal, sin limites, salvaje y tierno, pero en el día a día eso no es suficiente, estaba llegando la hora de despedirse, pero Arnaldo quería besarle cada lunar, lamió su espalda a modo de despedida pero al sentirla tan húmeda no quiso desaprovechar los minutos, se lo hizo lento para grabar su pene en cada parte de la vagina, Katrina ronroneaba, no creía que se volverían a ver (aunque lo deseaba) se abrazaron y besaron sin dejar de seguir con algo muy parecido a "hacer el amor" porque si, los sentimientos se pueden emular aunque ambas partes sepan que es eso...una emulación muy muy buena pero sin fuegos artificiales.
Finalmente se despidieron satisfechos, relajados y llenos de promesas que solo el tiempo se encargará de demostrar si se pueden o no cumplir...
Y si sigues escribiendo sacas la segunda parte... me gustó.
Claro que si! Que bueno que te gusto...