Al llegar a mi cama.

Me encantaría que al ir a mi cama estuvieses allí,

y a pesar de mi cansancio se que no podre evitar disfrutar con tus hermosas nalgas.
Verte ahí, preciosa y dormida, y aun estando dormida moverte y me des la espalda para regalarme un panorama perfecto de tu hermoso culo, grandote y redondo.

Veré tu figura con la sabana encima, comenzare a darle besos a tu espalda,
comienzo desde tu cuello y sobre tus hombros, mientras tanto, ya siento como mi pene se pone duro para penetrar tu húmedad.
Entre dormida, te haré mía de una manera que aun no comprendes
te lo haré profundamente mientras halo tu cabello y disfrutare del sonido glorioso y placentero de tus gemidos.
Me imagino el olor de tu piel, que me arrebates la cordura y me conviertas
en un lobo ansioso y hambriento por devorar a su presa, mi gacela, TU.

Mientras tus nalgas rebotan contra mí en cada penetración lenta,
escucho tus suspiros que poco a poco van subiendo de tono y se convierten en respiraciones fuertes
que anhelan cada vez más mi semen.
Estarás muy excitada, y tú me excitaras más con cada gemir,
te voltearas desesperadamente para suplicarme que te de de probar
de los fluidos caliente de mi erección.

Ignorare tu petición para ponerte en cuatro y penetrarte nuevamente con fuerza,
quiero seguir deleitándome con la maravillosa vista de tu culo contra mi pene,
mientras morderé con suavidad y lujuria tu cuello y tu espalda
para darte placer y hacerte venir.
Gimes, pero te abriras, más y más,
pediras y suplicaras que no me detenga, te desorbitaras y temblaras,
eres un espectáculo de mujer, y con un movimiento salvaje y un estruendo incontrolable,
vas a sucumbir y caes sin fuerza mientras sientes con cada espasmo de tu cuerpo y de tu vagina, un orgasmo que estremece tu cuerpo.

No podre evitar sentir ganas de llenarte la vagina de mi,
pero se que te gustaría saborear mi pene con tu boca,
te complazco y pondré en tus labios mi pene erecto para darte de beber de mis tibios líquidos
que se deslizan por tu lengua traviesa, mientras me deleito con tu mirada picara y complacida.
Eres una diosa, mi diosa, mi bella y pervertida durmiente.