Victimas Silenciosas De La Crisis en Venezuela

Las mascotas son una de las víctimas silenciosas de la crisis en Venezuela. Es realmente triste ver como se ha vuelto común encontrar a mascotas, en su mayoría perros, temerosas cruzando la calle o tratando de conseguir algún alimento de la basura, algunas todavía con su collar como muestra de que pertenecieron a una familia.

Este fenómeno, en parte, puede deberse a dos situaciones: La primera, puede ser por la economía del país. Haciendo la conversión monetaria, el sueldo básico es aproximadamente de 6,5$ mensual, complicando la adquisición de productos esenciales para el día a día. Una bolsa económica de 2 kilos de alimento para perros está en aproximadamente 4$, dando esto como resultado que el cubrir los gastos, solo alimenticios, de una mascota en Venezuela se vuelve una tarea casi imposible. Lo que ha llevado a muchos dueños a dejar a estos animalitos en la calle a la buena de Dios.

Otra de las razones posibles es la emigración. No es un secreto la numerosa cantidad de venezolanos emigrando hacia múltiples países en busca de una mejor oportunidad. Esta acción implica dejar atrás la cultura, costumbres, hogar y a veces a ese pequeño miembro de la familia que no comprende por qué ha sido abandonado, la mascota. En un país donde las personas huyen del alto nivel de inflación, ahorrar para comprar los pasajes es muy difícil, por lo que incluir el boleto de la mascota lamentablemente no es una opción para muchos.

En este punto, quiero poner como ejemplo el de una Schnauzer de 4 años llamada Cotufa:

Hace años una familia de Caracas decide adoptarla con 4 meses de edad, para brindarle el amor y cobijo que un animal necesita.

Al principio todo era felicidad y armonía pero pasando los años y con los problemas del país esta familia comienza a planear irse de Venezuela, lo que implicó aumentar las horas laborales para conseguir el dinero que les permitiría viajar. Esta búsqueda de ingresos hizo que poco a poco se descuidaran las atenciones de la perrita, pasando de olvidar caricias, descuidar el cambio de periódico para que pudiera hacer sus necesidades, hasta el nivel de dejarla muchos días sola en el hogar sin nadie a cargo que le pusiera comida o agua. Por cuestiones de trabajo se me da la oportunidad de conocer a Cotufa junto a su familia y fue fácil reconocer el nivel de abandono que tenía aquella mascota

y en sus ojos, se podía notar la nobleza y lealtad que brinda aquel animal.

Cuando los dueños hacían maletas para irse al aeropuerto, me dijeron que ellos no tenían ningún plan establecido para la mascota, es decir, que después de ser un integrante de aquella familia, Cotufa iba a tener un futuro incierto. En la misma semana que se fueron del país, fue que comprendí realmente que aquella cachorra estaba abandonada como un objeto más de la casa.

Sin esperar la opinión de mi familia, busqué un taxi, recogí sus pocas pertenencias y nos fuimos hasta donde lo que hoy es su nuevo hogar. Gracias a Dios ella puede tener una historia feliz en una casa llena de amor y donde esperamos que así continúe, pero tristemente no es el desenlace de la mayoría de las mascotas abandonadas.
(El dia que la adopte)


(Después)


Para terminar, me parece conveniente felicitar a las personas que luchan por tener en las mejores condiciones posibles a estos “Ángeles con Cola”. Además, quiero resaltar que nada justifica dejar abandonadas a nuestras mascotas. Siempre hay una mejor opción para los que considero son los miembros peludos de la familia, pues como expliqué antes, ellos no entienden la situación del país, solo se sienten tristes y abandonados por las personas que más quieren. Las mascotas también se deprimen y padecen stress. Expongo el caso de estas inocentes criaturas para tratar de crear conciencia sobre este tema.

Si te gusto o tienes alguna opinión, por favor házmelo saber con una puntuaci{on positiva y un comentario para seguir aprendiendo. Nos leemos :)