A mi peor maestra.
Querida maestra... Esta sería la forma mas bonita y adecuada de empezar una carta, pero también la menos realista... Aunque la verdad, si la quiero, pero bieeeen lejos de mi.
Usted me enseñó a valorar a mis profesoras, pero a las que me dieron clases antes que usted, porque a su lado ellas son las personas mas amables del planeta tierra.
Este año escolar aprendí a tolerar a quienes me rodean, aunque para mi usted era un yogurt y yo un intolerante a la lactosa.
Nunca olvidaré aquel día en que me dio un beso en el cachete... Aquella sensación fue tan aterradora, me hizo sentir como si yo hubiese sido Jesucristo y usted Judas.
Curiosamente, días mas tarde a ese beso (ese horrible beso), me llamó "bestia", y la verdad, aunque usted no es para nada la bella, recordé que en aquella famosa historia la bestia era mas culta que muchos...
Ciertamente yo no soy el mejor pintor, y mas de una vez hice un dibujo que no sería el mas hermoso, lo cual demuestra que mi talento no es dibujar y sus mejores palabras fueron "¿No puedes hacer algo que se te aplauda?"... Pues bien, si se trataba de aplaudir talentos, debo disculparme por no haber aplaudido cada vez que humilló a un estudiante, lo cual sin duda es su gran talento y por ello deberían darle un premio.
Pero no todas sus acciones fueron malas, de hecho, debo admitir que usted me preparó para el futuro, porque tras un largo (y casi que eterno año escolar) estoy seguro de que si logré convivir con usted puedo convivir con cualquier otra persona.
No tengo ni la menor duda de que usted es una fuente de inspiración... Porque gracias a usted y sus terribles acciones convertí el año escolar en esta presentación.