Juegos de crema batida.

La fiesta se ha vuelto aburrida, la música logra escucharse hasta las afueras de la casa y la gente se encuentra dispersa. Una joven de aire inocente, se encuentra sola y parece estar incomoda en el lugar. Me acerco con una sonrisa, que es correspondida a la brevedad.

Inicia una larga conversación que deriva en varios tragos y una invitación a un lugar más tranquilo. La cocina se encuentra vacía por completo, la música aun consigue escucharse y a nadie parece importarle que estemos aquí.

Empiezo a besarle el cuello y siento como de a poco, ella se derrite entre mis brazos. Me corresponde los besos con un leve mordisco en la oreja, mientras me indica que me acerque a la alacena y espere. Es una habitación bastante grande, repleta de repisas llenas de alimentos y un pequeño taburete en el que sentarse.

La chica entra en el cuarto con una pícara sonrisa y un dispensador de crema en brazos. Cerramos la habitación y ella empieza a ponerse creativa, comienza a besarme mientras me acaricia por debajo del pantalón.

Ya estoy encendido y ella puede notarlo con facilidad, me lanza una brillante mirada que acompaña con una pequeña pero aún más excitante risa.

Se deshace del pantalón, acerca la máquina de metal y emprende en sacudirla. La acciona y prueba de la espumosa crema, sirve un poco más sobre su cuello y me da a probar.

La espuma está fresca y fría, es fácil ver como se derrite hasta llegar a su escote. Haciendo aún más sencillo explorar esas zonas profanas con mi lengua.

Procedo a sentarme, acto seguido y gracias a ella, tengo entre mis piernas una leve montaña de fría crema chantillí.

Empieza entonces a paladear aquel manjar, iniciando una felación que no se iguala a ninguna otra. Justo cuando estoy en el mejor momento, se detiene y dándose la vuelta se quita la suave prenda que llevaba.

Inclina su cuerpo y dándome la espalda, me deja apreciar un hermoso durazno que no dudo en degustar. La penetro fácilmente, emprendiendo un constante movimiento que la chica acompaña de breves gemidos.

Gradualmente vamos más rápido, hasta que estoy por eyacular.