Alfalfa amarga

Estaba comiendo zacate como de costumbre pero pensando que era sorgo o algo mejor, cuando un grupo de indios verdes cubiertos de plumas hasta en la cara llegaron con muchos paquetes de alfalfa, creo yo, me fui acercando poco a poco a ver ver si me daban algo, cuando de repente uno de ellos arroja un liquido amarillo sobre la alfalfa y le prende fuego. Entonces yo dije:

-QUE?-

Pero, porque hacen eso, no entiendo.

-!ya que!- dije yo y seguí comiendo zacate, pero de rato que me da el humo y la cabeza me empieza a dar vueltas y vueltas, me sentí tan relajado que me quedé dormido.

De rato desperté con bastante hambre y, Ho Dios!, (dejaron olvidado una de las pacas de alfalfa) entonces dije este es mi día de suerte, me acerque lentamente para ver que no hubiera nadie, y cuando estuve cerca, empecé a comer esa hermosa alfalfa, al principio me parecía que estaba algo amarga, pero definitivamente era mejor que el zacate.

Pues ahí estaba yo, disfrutando hasta que me sentí lleno, pero al voltear hacia el cielo todo estaba rojo con cuadritos verdes y naranjas que daban vueltas y vueltas, pero luego se puso mas interesante, que creen? empecé a caminar en dos patas, antes nunca lo había podido hacer, pero esta vez incluso me sostuve en una sola pata, me sentía muy feliz y muy relajado, con muchas ideas en la cabeza que venía y se iban enseguida, me recosté en el suelo y vi una nube que era exactamente igual a la de mi difunto a amigo Roberto que era un dromedario muy, pero muy divertido.

Roberto, le grité y que creen? Que me contesta, pues loco de felicidad empecé a dar vueltas y a correr tratando de alcanzar aquella nube-Roberto que lentamente se alejaba y desaparecía.

Estaba por anochecer cuando los veterinarios trataban de atraparme, yo no se como le hice, pero me subí al techo de una cabaña, y ahí estaban, tratando de bajarme mientras yo trataba que no lo hicieran, hasta que un dardo tranquilizante alcanzó mi cuello.

Al día siguiente me dolía un chingo la cabeza y solo quería estar tomando agua, el veterinario me dio algo de sorgo, maíz y algo de paja y pues ya me sentí mejor.

Moraleja: Si eres una llama, aléjate de los indios verdes que queman alfalfa.

Hasta luego

Cesar Layama