CARRERA CONTRA EL TIEMPO
5:00 de la mañana mis parpados abren paso para que la pupila de mis ojos puedan ver un nuevo día, me levanto con más ganas de dormir que de seguir despierto, camino al baño con rapidez a lavar mis dientes, ducharme, hacer desayuno y almuerzo para estar preparado para la tarde y arreglarme para salir a hacer una labor un poco fatídica, apurado porque los minutos del día comienzan a competir contra mí, no hay tregua entre él y yo, ya arreglado salgo de casa esperando tomar el transporte público rápido, en la parada de bus mi respiración es un poco forzada puesto que el humo de los buses es repulsivo, las personas van en sus autos con premura uno tras otro tocando sus bocinas a todo volumen, otros van caminando rápido por todas partes, el tiempo continua luchando contra mí y parece que ya casi me gana, un alivio, por fin tome el transporte público, ahora solo hay que rogar a Dios para que el conductor vaya rápido porque el tiempo no me perdona ni un segundo, en el bus veo como las personas con sus caras largas y sin modales ni siquiera responden a un “Buenos días” apenas estoy llegando a mi trabajo y ya me siento exhausto, ya en mi puesto de trabajo comienzo a trabajar para conseguir un salario que me ayude a subsistir, cumpliendo los sueños de alguien que algún día quiso ser empresario y opacando la posibilidad de cumplir mis propios sueños, dependiendo de alguien más, el tiempo no me da tregua alguna y va delante de mí en la carrera de mis obligaciones en el puesto de trabajo, salgo estresado con mucho trabajo pendiente para el próximo día, de nuevo la calle tan ruidosa y con todos sus olores regados por todas partes tanto que al respirar no se siente oxígeno, llego a casa más cansado que nunca a preparar algo para cenar y ya al finalizar el día acostado le doy las gracias a Dios por un día más de vida.
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-Pero, un momento-
En realidad no es un día más de vida sino un día menos, gastado sin poder apreciar la esencia de la vida, cada vez la solidaridad de las personas es menor, los valores se pierden, la sociedad no es la misma, me pregunto en que estamos fallando, que estamos haciendo mal, quién está mal los demás o yo, quizá la educación, la crianza de nuestros hijos, la tecnología.
Fue entonces que me di cuenta de que cada día es un día menos de vida y que no lo debo desperdiciar en trivialidades, disfruta, ríe, llora, abraza, gana, pierde pero aprende, agradece, APROVECHA al máximo cada día, dale color a tu vida, dale un aroma agradable a tu presencia y que sea contagiosa.
Me encantoooooooo
gracias saludos.
Muy bueno el escrito. Me gusto. Éxito y sigue aportando.
Gracias hermano te seguí, nos estamos leyendo.