Mi querido sol.
Tú eres mi sol, yo tu girasol. Tú me amas porque me veo alegre y llena de vida y lo que no sabes es que por ti brillo y soy feliz.
Hace más de un año que no te veo físicamente, que no te abrazo ni te lleno de besos pero; créeme cuando digo que te amo cada día más porque es sincero. Eres y siempre serás una de mis personas favoritas en el universo entero.
Contigo puedo ser yo en su totalidad, sin límites ni restricciones, sin pena alguna y me conoces tanto que hasta me asusta, sabes las cosas buenas que tengo y las malas también.
También créeme cuando digo que extraño los días donde solo estábamos escuchando música acostados en tu cama, piso o cuando me cocinabas, daría lo que fuese para volver a tener un día así, odio esta situación porque me aleja de las personas que amo, no hablaré que quienes porque esto va dirigido exclusivamente a ti y quiero que siempre recuerdes lo siguiente:
A pesar del tiempo más te amo, más te extraño, más te admiro, más miedo tengo de perder contacto contigo y así solo lleguemos a esa típica conversación de conocidos “hola ¿Cómo estás?” Yo siempre te amaré en lo más profundo de mi corazón, alma y mente, a pesar de que no hicimos todas las cosas que en circunstancias normales hubiésemos podido, estás en mis recuerdos más bonitos y favoritos, con tu grande sonrisa y tus perfectos abrazos, con tus chistes malos -y uno que otro bueno-, con tus poemas tan lindos y con tus ideas alocadas, por tus consejos magníficos y tu apoyo incondicional. Y solo me queda agradecerte por todos los años de amistad que llevamos y espero lleguemos a viejitos juntos.
El día que nos despedimos una parte de mi se fue contigo sentía que el mundo se me venia encima y no podía parar de llorar, dos años después aún lloro y me siento incompleta pero aprendí -o estoy aprendiendo- a pasar por el frente de tu apartamento sin empezar a llorar, no pierdo la fe en volverte a ver y abrazarte, espero tú tampoco. Eres mi perfecto complemento.
Con mucho amor, tú girasol.