El día en que te conocí.
Viéndote sonreír, mis ojos te miraron, logrando conseguir lo que siempre habían buscado. Tal vez con un poco de miedo, porque antes habían fallado, pero mi corazón latía muy fuerte, muy incontrolado. Yo decía dentro de mi “El que nunca arriesga, no tiene la virtud de decir yo he ganado…”
Pero esta vez si me sentí más seguro, aunque no había tenido la oportunidad de decirte lo que sentía mi corazón por el tuyo. Es como cuando te hacen reír y te sacan lagrimas, solo así me sentía yo cuando te veía sonreír.
Por fin paso el día y logre estrechar tu mano, no imaginaste toda mi alegría de haber yo avanzado. Sentía de verdad, que mi momento había llegado, el momento de conocerte y darme a conocer, como lo que tanto habías buscado en todo tu ser.
No sé si es una ilusión o emocionalismo. O si es el más puro amor, amor involucrado con realismo, y si le pusiera nombre le pondría amorsisismo. Yo lo único que sé es que me siento muy contento, de haber conocido una gran persona, que me haga sentir todo esto por dentro, gracias a ti por permitirme conocerte más por dentro. Hoy tengo la certeza de decir lo que siento por ti, y no me arrepiento de nada, desde el día en que te conocí…