El Espejo
Odio verte así, tan desesperado, tan falto de ánimos, tan corto de esperanzas, no es sorpresa que te haya encontrado de esta manera. Verte me entristece, digo, no esperaba que realmente lo hicieras, pero es obvio que tu odio por mi es mayor que mi amor por ti, es factible que nadie más te encuentre, después de todo yo era el único que te quería. Estoy aquí, solo, viendo el panorama completo, un cuarto a oscuras, la casa sola, tu mujer te ha dejado y tú te has descuidado, esta todo sucio, los muebles, el piso, hasta el techo, incluso tu. Entiendo porqué lo hiciste, pero no alcanzo a comprender por qué me arrastraste contigo. Este sentimiento, como bailando en el aire, como que tu falta de ánimo me ha sido contagiado, girando sin fin por el simple pasar de la brisa que tanto me agradaba en invierno. Sigo girando y ahí estás tú, colgando del techo, con una soga amarrada a tu cuello, con un odio que todavía se nota en tu rostro desencajado y azul, rostro inflamado, rostro de años, te veo y todavía lo siento, el desprecio por mí, tu reflejo, mi reflejo, vistos desde el polvoriento espejo del cuarto, pero yo todavía te amo y por mi tristeza, una lagrima cae de estos ojos enrojecidos hallados sin vida.