POEMA: "El golpe contra el hueso"

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                        No imagino como fue
                        que el primer golpe llegó,
                        no imagino como fue,
                        que el violento te culpó
                        de su furia y su arrogancia.
                        No puedo pensar en el destino
                        de rogar en tu presencia,
                        en el minuto del perdón, 
                        mientras él era el ladrón
                        que robo tu sonrisa y tu buen tino.
                        La violácea línea, sangre y herida
                        que marcó tu cara contra el hueso,
                        se convirtió al rato en un...¡querida!,
                        una caricia mal habida,
                        y en el triste rogador de sucio beso.
                        Cómo te hago comprender
                        que a pesar de lo que pudiste perder,
                        entre golpe e insulto, eres valiosa?,
                        que aún está el fuego en tí
                        que puedes aprender a ser gloriosa?.
                        Entiende que tu flama está encendida
                        aunque la tristeza debilite su calor,
                        que tu autoestima yace adormecida
                        por los somníferos que te da el dolor.
                        ¡Despierta mujer, avanza, no cedas!,
                         que a tu alma aún no llegó el violento,
                         ¡¡corre ahora, escapa del horror!
                         lo más velozmente que puedas,
                         no te resignes a ser victima
                         sacúdete de las garras del tormento.
                         Cura la violácea línea...
                          que dejó el golpe contra el hueso,
                          ya la mano que da herida,
                         no escuches...
                         el rogar otra vez del sucio beso.
                          ¡No te rindas...!
                          que él no decida tu vida.
                         ¡Levántate...!
                          que él no decida tu muerte.
                          Descubre cuales son lo acertijos
                          que te tienen triste y atrapada,
                          si se hace tarde, él irá por tus hijos
                          ¡en la cruel venganza agazapada!.

                                                 Mónica Ramona Pérez