Les hablo de mi profesión docente, la cual es mi orgullo y mi alegría, llevándome constantemente a un balance de todo lo que hago por amor a mi profesión, a mi país y a mi misma.

Siento y pienso, que a mi niños y niñas, a los cuales le imparto clase, a los que educo diariamente me necesitan y yo los necesito, osea, nos apoyamos mutuamente, nos abrazamos, nos besamos y nos queremos como una familia, la cual yo admiro y quiero, y respeto.

Pienso; será que amo a mi profesión tanto y a mi niños, que el día que me siento mal por la situación que atraviesa mi país, solo me acuerdo de mi niños en lo feliz de su cara y voy a trabajar.

Aveces es difícil esta situación, ya que como maestros no percibimos un salario digno, los maestros hoy en día vamos a trabajar con los zapatos rotos, con los pantalones rotos, ya que el sueldo no nos alcanza para comprar uniforme ni zapatos. Estamos laborando por el amor a los niños, por su educación y por sacar el país adelante.

En algunas ocasiones, me siento muy triste por esta grave situación que atravesamos nosotros los venezolanos, cuando salgo de mi casa trato de dejar todo los pensamientos negativos por la triste realidad que actualmente estamos viviendo y me dirijo a la escuela con la mente positiva a llevarle a los niños un día diferente para ellos y para mi.

Yo como maestra pienso, que a pesar de todo vamos a salir de esta situación, que hay que seguir para adelante, sin zapatos, sin ropa, muchas veces sin comer y sin el sustento del día a día, porque no hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo resista. Hay que tener optimismo de que vamos a salir de esto y vamos a vivir como antes, donde teníamos todo y no lo sabíamos.

En mi trabajo canto, rió y bailo con mis niños y se nos olvida todo lo que esta pasando en nuestra país y en nuestras casas, por tal motivo dejo a base de reflexión, que no debemos vencernos ante estas adversidades que estamos pasando, debemos luchar y confiar siempre en nuestro Dios, que seremos otra vez un país rico en amor, en educación y en la economía.