EL TOCAYO LUÍS LORETO

in #spanish6 years ago

Una de las costumbres que me llamó más la atención de los habitantes de las comunidades de la zona donde me inicié como docente era que como muestra de cariño le ponían apodos a las personas que estimaban como por ejemplo: vale, amigo, ñero, compa, viejo, entre otros, Luis Loreto era una persona de más de setenta años que vivía en un sitio llamado Las Majadas y que me gustaba ir mucho a visitarlo por ser una persona muy afable, con el humor siempre a flor de piel y dicharachero además en el patio de su casa criaba abejas y tenía un naranjal hermoso.
Un día me encontraba en Canuto donde mi tía Josefa era la enfermera y una señora que era de donde vivía el tocayo Luís me dijo que él me invitaba a pasar un rato en su casa que me tenía miel guardada y para que echaramos cuentos, le mandé a decir que me esperara en la tardecita y así fue como a las cinco emprendí la marcha y luego de cruzar el río comencé a subir hacia su casa que no quedaba tan lejos, después de andar un rato llegué me estaba esperando saludándonos con cordialidad y empezamos a echar cuentos y a disfrutar de ellos, al momento llegó su hija que se encontraba visitando unos familiares que vivían cerca, nos saludamos y en forma rápida cruzamos miradas de entendimiento más de una vez pero entre cuentos y relatos fue anocheciendo y el viejo me dijo- tocayo quédese a dormir aquí-( ya que esa era una costumbre que adonde anocheciera la persona se quedaba y dormía ya que nadie caminaba oscuro en el campo), bueno, seguimos hablando hasta muy tarde.

La casa del tocayo Luís Loreto era de bahareque de un solo cuerpo, vale decir, sin divisiones interiores siendo más ancha que larga y en un lado estaba la cama del tocayo pegada de la pared y en el otro extremo la de su hija, el viejo me dijo - te voy a colgar en el medio esta hamaca para que te acuestes a dormir- en efecto todos nos acostamos y apagamos la lámpara de querosen quedando oscuro y en silencio después de un buen buen rato me bajé con mucho cuidado de la hamaca y comencé a gatear hacia un lado de la casa despacio muy despacio hasta llegar a la cama estirando el brazo para acariciarle la cara a la muchacha y al tocársela lo que toque fue los bigotes de mi tocayo Luis y entre dormido dijo-¿qué es? indudablemente me equivoque de lado, en dos brincos y sin perderme llegué a la hamaca y me quedé quietecito sin moverme para nada un buen rato pero un buen rato, luego lo intenté de nuevo esta vez tomando el rumbo correcto hasta llegar a destino. Antes del amanecer me fui una sonrisa iluminaba mi rostro porque si el tocayo Luis Loreto se paraba primero comenzaría a echarme broma desde muy temprano.