Cambio: felicidad por calma.
Hoy no amanecí feliz,
tampoco ayer.
Quizá no lo he hecho
en mucho tiempo.
Quizá nunca lo he estado
yo ya ni sé.
Solo puedo decir
que cuando estaba
sobre el pecho de mi abuela,
acurrucada,
bajo su suave tacto en mi cabeza,
sentía que no quería estar en otro lugar.
Dicho sentimiento
duró hasta que te conocí.
Desde entonces
podría estar aquí y allá:
sobre tu cuerpo
o bajo tus besos,
donde pude hallar
mi estabilidad.
Te vivo
cada día
como si fuese el último.
Y cuando me hielas,
cuando me atrapa
tu frío calor;
lo irónico de la situación
me dirige a la calma.
Te he visto sonreír,
y con ese acto
liberar mis penas,
mis miedos,
y lo que entiendo por «amor».
Camino por un oscuro pasillo
y al final estás tú.
No es mucho más claro,
pero al menos te reconozco
entre las sombras
combatiendo a mi lado
mis luchas internas.
No sé si he estado feliz,
pero he sentido el bienestar
cuando me encuentro
bajo tus brazos.
Por ello temo
que un día no estés.
muy bueno! saludos :D