Quizás ya no se acuerdan de mí por acá, ni de mis poemas casi siempre depresivos. Lamento haberlos abandonado por tanto tiempo.

Les cuento un poco de lo que ha sucedido:

En primer lugar, me fui de Venezuela. ¡Estoy en Bogotá! Así que, amigos Colombianos, si alguno se encuentra por acá, un gran abrazo. Tienen un bonito país y una bonita cultura, por lo que he visto. Todos han sido muy amables desde que pisé su tierra.

Por otra parte, dejé mi cámara y mi portátil en Venezuela, ya que temía que la misma GNB (Guardia Nacional Bolivariana), o los policías de mi propio país intentaran quitarme mis artículos o quisieran quitarme dinero por dejármelos traer (si, así de mal estamos). Razón por la cual no tengo cómo leerlos ni interactuar, ya que en la casa donde vivo tampoco hay computador.

En tercer lugar y no menos importante. ¡No tengo tiempo! (llorando)

Conseguí un empleo que me queda a dos horas del lugar donde vivo, por problemas de permisología, ya que llegué luego del 2 de febrero y no pude tramitar el permiso especial de permanencia, el cual es uno de los requisitos más solicitados por los empleadores. Pero enhorabuena encontré un empleo decente y muy similar al que ocupaba en Venezuela, con el único problema de que por lo lejos que me queda, tengo que salir dos horas antes de mi casa y llego rondando las 8:00pm por las noches. Lo que me dificulta escribir o expresarme de manera clara para ofrecerles contenidos por acá, si todo lo que me queda es descansar para mi jornada al dÍa siguiente.

Sin embargo, ya me estoy amañando a mi horario y espero pronto sorprenderlos de nuevo con algún post.
Si alguno que me lee vive en Bogotá y quiere dejarme recomendaciones serán muy bienvenidas.

Y sin más que decir, por ahora, me despido de ustedes y les envío un gran abrazo.

¡Nos leemos pronto!