VENEZUELA NECESITA UN LIDER

Ayer me toco hacer la segunda cola de las tantas que se hacen a diario en mi país, las de comida no las hago, eliminé de mi dieta el 90% de los productos de uso común, harina refinada, azúcar, arroz, aceite, pasta y leche, simplemente no los consumo o los compro bachaqueados (término utilizado para referirse a comprar el producto por 6 veces su valor real), todos los venezolanos sean del status que sean terminan bachaqueando, si compras lo que hay en la cola, cuando tienes suerte y después de pernotar toda una noche a la intemperie , de salir sorteado y te dan el derecho a compra, es posible que logres adquirir 2 paquetes de harina para hacer nuestras famosas arepas, pero aquí viene lo bueno, con que las relleno?, el queso, los huevos, y el jamón cuestan tanto que para cenar una noche un grupo familiar de 4 personas, prácticamente gastas el total del sueldo mínimo. Hace dos días fui a la charcutería y pedí 30.000 bolívares de jamón, (el doble de lo que siempre pedía, pensando en la inflación) el charcutero me dijo, señora no puedo venderle eso, con esa cantidad solo le puedo dar una lonja de jamón. ¡Uff!, me vine a casa e hice un sofrito de cebolla y tomate para rellenar mi arepa.
Como iba diciendo, me toco cola a juro, esta vez fue por gasolina, vivo a poco metros de la estación de servicio y pensé ingenuamente que si me levantaba a las 4 de la madrugada iba a estar entre las primeras de la cola, pero ¡oh sorpresa!, habían como 100 vehículos que se habían quedado desde la noche anterior, de paso, un vecino me pidió la cola al centro porque iba a la catedral a la misa de aguinaldos, confieso que me dio miedito, estaba oscuro y me iba a devolver sola, y aquí fue lo más increíble a esa hora casi toda Valera está en la calle. Cuando iba bajando, vi la cola gigantesca de la gasolina, luego la de Farmatodo que sólo vende crema dental, seguidamente estaban la de los automercados, esas son terribles, parecen manifestaciones; la del supermercado Su Casa, era impresionante, había dos calles tomadas a todo lo ancho y largo; sigo bajando y están la de la chinos, al llegar a la plaza de la catedral estaba la del pollo y al dar la vuelta me consigo la del banco de Venezuela que a esa hora ya ocupaba 3 cuadras, me regreso toda compungida y me consigo las de los ancianos que van a cobrar se pensión, esa es la peor, a un anciano le toca estar más de 6 días afuera para poder abrir la cuenta donde le depositan su pensión que al final no le va alcanzar ni para comprar un cartón de huevos
Al fin llegue a mi cola de la gasolina, estaba como en el puesto 127, esta cola no la puedes hacer sin gasolina, habían varias carros que tenían que ser empujados por varias personas para adelantar el vehículo y en este punto me pregunto: ¿Cómo un pueblo, donde un porcentaje altísimo de la población, tiene que pasar toda una noche a la intemperie, expuesto a las inclemencias del tiempo, a los ladrones, que son muchos, al mal trato de la policía y la guardia nacional que te tratan como si fueras cucaracha, a la extorción de estos organismos o empleados de la estación que en algunos casos hasta cobran para ponerte gasolina, repito ¿cómo este pueblo puede ser productivo?, al día siguiente estas trasnochado, famélico, con hambre, sin dinero y sin esperanzas. ¡Luchar! ¿Para qué? si no te quedan ánimos suficientes, pero si eres capaz de levantar tu voz de lucha, vas preso, violentan todos tus derechos. Pero, otra cosa me llamo la atención, las discotecas están llenas, la gente compra los productos bachaqueados éstos se agotan, prácticamente vuelan, se esfuman en segundos, entonces, ¿qué pasa? me da la sensación de que hay mucho dinero circulando, (no efectivo, de eso no hay) pero si mucho dinero plástico, ¿de dónde sale? Si el sueldo mínimo no alcanza, es difícil entender que pasa en Venezuela, he llegado a la conclusión de que hay tantos venezolanos en el exterior que cualquiera le manda a un familiar entre 50 y 100$ al mes y con esto al cambio cualquiera hace un mercado con lo que consiga.
Al faltarme cuadra y media para llegar a la estación y después de 6 horas de cola, nos informan que se acabó la gasolina. ¿Puede un venezolano tener buen humor?, ¿podemos los venezolanos sentirnos felices? No creo, pero somos un pueblo especial, de todo sacamos un chiste, nos sonreímos, seguimos siendo cálidos con los vecinos y por eso es que estamos como estamos. Si fuéramos más arrechitos, y menos condescendientes ya esta gente que nos desgobierna sería historia
Hoy pienso que no hay esperanza real de salir de todo esto. Sin armas, sin la suficiente fuerza de voluntad para hacer valer nuestros derechos y ante la impotencia de no poder hacer nada, Venezuela sucumbe. Los que se van, tienen razón, los que nos quedamos también, pero ¿qué hacer? si te amargas, te mueres, si aceptas lo que pasa, te friegas, si te vas, no luchas, si te quedas tampoco puedes hacerlo, que encrucijada, como motivarnos a salir de este periodo si hay hambre y vejación.
Necesitamos un motivo, algo que nos despierte, la escasez, la falta de efectivo, la humillación, el regreso a siglos pasados, la vuelta de enfermedades ya erradicadas, la desnutrición de nuestros niños, el exceso de fe de que la ayuda viene de afuera, nada funciona, estamos adormecidos, desmotivados, apocados. Ese motivo debe ser especial y esa necesidad sólo la puede traer al frente de nuestras vidas un ser magnífico, un líder creíble, que hable el lenguaje del pueblo y entienda nuestras necesidades, un ser no político, no rallado, joven, decente a toda prueba, sin populismo, sin ofertas incumplibles, que nos enseñe a valorarnos y a ser exigentes, que nos haga grandes, que nos hable con respeto, con benevolencia y con autoridad, sin viejas escuelas, sin compromisos económicos, ni políticos, con amor por su patria, sus tradiciones y su gente, necesitamos un nuevo Simón Bolívar, que tenga el guáramo de liberar a nuestra patria del yugo al que estamos sometidos. Si Venezuela lo parió una vez, ¿Dónde estarán esos genes escondidos?