El invierno pasado fue mi primera vez en Paris, en sí la ciudad impresiona, pero si tuviese que quedarme con un rincón ese sería Montmartre. La ciudad se veía inmensa, llena de gente y llena de vida. Me pareció fascinante que haya tanta gente, cada una con sus defectos y virtudes, amores y desamores, victorias y fracasos... Tanto por conocer y tanto por vivir.