Días de febrero.
Justamente así bauticé la primera línea
de mi novato cuaderno, en la segunda página
visualicé una imagen y tatué lo
siguiente:

fuente

Cuando veo el crepúsculo matutino
revelar su esplendidez, y escucho a
las aves hacer coros, cavilo en un
nuevo comienzo, otra oportunidad,
una última oportunidad.
Aunque mi voluntad se oculte como
un niño que no desea efectuar su tarea,
y permita que los sueños se claven a la
tapicería del olvido, pienso en un nuevo
comienzo, otra oportunidad, una última
oportunidad.
Porque en ocasiones he perdido la memoria,
he soltado las armas en muchas batallas,
y he confundido el cansancio con rendirme
una y otra vez...
Si, en ese intervalo de tiempo llego a
desconocer que está bien o mal para mi
existencia. Pero...
¿Quien dijo que sería fácil o sencillo?
¿Quien dijo que todo está extraviado?
Se supone que la vida muestra
el modo para ver si lo intentamos...
Entonces, de golpe recuerdo cada
victoria pasada y mis dudas cesan,
llega la calma y cavilo en el comienzo,
Recojo mis armas, y lucho con
todas mis fuerzas. ¡Yo vengo a tomar otra
oportunidad, una última oportunidad!.