El Pollo Gubernamental - Relato
El Pollo Gubernamental
Me encontraba en la cocina junto a mi abuela, tenía que observar como ella cocinaba debido a que necesitaba aprender a cocinar. Ella vestía unos pantalones rosados y una franela bastante cómoda y fresca de color purpura más un pañuelo blanco amarrado en su cabeza. Eran alrededor de las 5 pm y el sol ya se estaba poniendo mientras ella preparaba las verduras para cocinarlas, dijo que necesitaba aprender desde lo más básico, por lo que esa noche la cena iba a ser una sopa de verduras. Fue en ese momento cuando las sirenas aullaron y pude escuchar como los guardias tomaban sus posiciones fuera de la casa. Corrí para ver que estaba ocurriendo, aunque por el miedo solo llegue hasta la puerta del porche, y una vez allí pude observar en el cielo a un objeto volador negro, mi abuela me siguió igualmente y no aparto la mirada de la nave. Esta cosa en el cielo no emitía ruido alguno, ni estela de humo. El grupo de defensa antiaéreo actuó con rapidez y empezó a disparar sus cañones, cada munición estremecía la casa y las ventanas temblaban, hasta que efectivamente lograron abatir el objeto que cayó aproximadamente a 800 metros de la casa. Mi abuela ordeno a los soldados que fueran a investigar de que se trataba y alrededor de 50 sujetos fueron al lugar donde se estrelló el objeto. Luego mi abuela me mando a mi cuarto y me dijo que no saliera hasta que ella diga y así lo hice. Entonces una vez en mi cuarto, al cabo de un rato empecé a escuchar voces de los soldados fuera de la casa, la curiosidad por saber que ocurría me estaba trastornando. «¿Encontrarían algo? y si es así ¿Qué encontraron?¿Qué es? ¡Necesito ver!». De pronto tenía una batalla en mi mente, no sabía si asomar o no la vista por la ventana de mi habitación, tenía miedo de lo que fuera a ver. hasta que tomé algo de valor y lo hice.
Dos soldados tomaban al sujeto por los lados. Uno lo sujetaba del ala izquierda y el otro del ala derecha y detrás de ellos se encontraban los demás soldados que fueron a investigar el objeto extraño. Era un pollo, un pollo, sin plumas y sin cabeza, mi cabeza daba vueltas al ver a ese pollo. Era del tamaño de un perro. No podía creer lo que estaba viendo y me causó pánico y no pude ver más. Lo último que pude ver, fue a mi abuela acercándose al lugar acompañada de otros guardias. Y me puse a pensar «¿Qué significa esto?» Sin duda alguna significaba que la Guerra estaba llegando a la provincia y las historias eran reales. El Gobierno Nacional pronto emprenderá la invasión y no vamos a poder vencer sus tropas. Me aterré aún más. Teníamos que abandonar la casa, necesitaba hablar con mi abuela, aunque me dijo que no saliera de la habitación.
Esperé un rato hasta decidirme por ir a ver que estaba haciendo mi abuela, ya había anochecido. Abrí la puerta despacio para que nadie me escuchara y empecé a bajar las escaleras. Paso a paso baje los escalones y a mitad de las escaleras observé la cocina. Allí estaba mi abuela, y tenía a esa criatura horrenda encima de la mesa, tomó un cuchillo y empezó a abrirlo. No pude apartar la mirada, me resultaba demasiado extraño. Un soldado trajo una camilla cubierta por una manta y la aparcó a un costado de la mesa, apenas la dejo mi abuela le ordenó que se retirase. Luego le quitó la manta y un cuerpo desnudo de un hombre decapitado quedo descubierto. No pude seguir viendo lo que estaba ocurriendo. Me dirigí a mi cuarto con el estómago revuelto y unas ganas de dormir me invadieron como si mi cuerpo se desvaneciera. Me sentía liviano, como una pluma con finas piernas.
Cuando desperté, me sentí muy bien. Me levante de la cama y me reí de lo loco que había sido ese sueño. De pana que jamás me había reído tanto «Que loqueras ocurren en mi mente». Sentí mucho afecto por mí mismo. Al fondo escucho un merengazo, tal vez de las Chicas del Can «Ya volví a la realidad» Esa es la música preferida de mi abuela. Salí de mi habitación, bajé las escaleras y entré a la sala. En ese momento, vi a mi abuela bailando con un hombre con partes y extremidades de pollo. Deje de creer en mí mismo, no confiaba en mi realidad. Un torbellino mental se tornó sobre mí y me aplastaba contra el suelo. Mi imagen se desfiguró y se desvaneció en su propia existencia.
Desaparecí.
¡Gracias por leer!
Fotos tomadas por mi cámara Panasonic Lumix DMC-S5.
Apoyado por el trail "Orincones"
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