Cuando piensas que ser adulto es malo, tienes razón. (Parte II)
¡Buenas noches a todos los que andan produciendo y leyendo cosas lindas ! Hoy les mostraré la segunda parte de la reflexion que empecé hace dias sobre algunos relatos y poemas de José Martí. Ya les había comentado que este autor dedica parte de su obra a la infancia y que por medio de sus relatos todos y cada tenemos una puertecita abierta para volver a ser niños. Aquí les dejo un poco de lo que aprendí.
La Edad de Oro: El despertar de la conciencia
En su prefacio a la revista La Edad de Oro, José Martí invita a los niños a escribir, y afirma que los niños saben muchas más cosas de las que creen saber. Que los niños escriban a pesar de los errores ortográficos, los cuales no tiene mayor importancia, porque lo único que importa es que los niños quieran saber. Tal vez lo que quería mostrar Martí mediante estos relatos es que todos debemos ser capaces de entender que los niños y el paso de estos por la infancia significan un despertar no sólo para ellos mismos, sino tambien para los adultos.
El primero de los relatos que se enfoca en el aprendizaje del niño, pero también en la forma en que este debe comportarse, es Nené Traviesa. La infancia de Nené, la protagonista del cuento, parece ser una infancia feliz, sin embargo, en contraste se muestra una etapa donde la niña es consciente de muchas cosas que preocupan a los adultos. La niñez según este relato deber estar llena de felicidad y de juegos divertidos, pero también de conciencia. Y sabiduría. La primera debe estar presente y lo muestra el relato cuando Nené sabe que la muerte existe, y que si ella se comporta de mala manera con su padre, no cumplirá su deseo cuando muera, por eso ella misma dice “! Enoje a mi papa bueno! ¡Soy mala niña! ¡Ya no voy a poder ir cuando me muera a la estrella azul!”
El tema de la muerte visto por la niña, es una forma de mostrar que en la infancia hasta la muerte carece de ese significado trágico con que la perciben los adultos, y por lo tanto carece también de sufrimiento. El autor propone la atracción que Nené siente por los libros es la que deberían sentir todos los niños, primero porque se sumergen desde temprano en el proceso educativo y, segundo porque les van proporcionando carácter sabio para enfrentar la vida en la juventud. Es una forma de romper la falsa idea de que los niños solo deben jugar y ser felices en la diversión, pero lo que expone el autor es que esa diversión puede ser hallada en los libros. Es decir la infancia como esa etapa dorada tanto por la condición de ser niños, como también por el provecho que se le puede sacar a la capacidad de asombro que se posee a esa edad.
En el relato La Muñeca negra se puede observar como la magia de la niñez va convirtiendo al adulto en niño y lo va enseñando en la sensibilidad que ella posee. Unas de las partes más llamativas de este cuento es cuando narra como el padre se empequeñece tanto, que hasta escribe de la forma en que lo hace su hija: “Y le hace muchos rasgos a la letra, y las oes le salen grandes como un sol y las ges largas como un sable, y las eles están debajo de la línea, como si se fueran a clavar en el papel, y las eses caen al fin de la palabra, como una hoja de palma”
La atmósfera del relato se vuelve mágica y hace ver que todos en casa de Piedad se involucran con la ternura de la niña desde su nacimiento, lo cual es tan mágico que la madre y el padre, sienten tanta alegría que vuelven a conversar como antes. Es significativo como los adultos enseñan a los niños a diferenciar entre las apariencias que pueden tener lo lindo o lo bello, y dejan de lado el significado que ellos ven desde su inocencia. El valor emocional que un niño otorga a un objeto, va más allá del valor material y la apariencia. Por eso cuando los padres le dan de regalo a Piedad una hermosa muñeca de porcelana y ojos azules, ella solo pensaba en su muñeca negra. Con su muñeca negra Piedad conversaba y jugaba a gusto, y eso era insustituible.
Sin embargo ella intenta en vano, depositar afecto en su nueva muñeca, pero fracasa, porque según ella la muñeca no le hablaba: “Los ojos era lo que miraba ella; y le tocaba en el lado del corazón: "¡Pero, muñeca, háblame, háblame!" Y la muñeca de seda no le hablaba”. Piedad sabiendo que no puede lograr que le hable, busca de nuevo a su muñeca negra, le pide perdón e intenta reivindicarse dándole un ramito de flores. Ella sabe que algunos no quieren a su muñeca negra, porque no es bonita y tiene poco cabello, pero ella la quiere sin que le importe su apariencia. El relato concluye con una reflexión:“! ¡Así, así, bien arropadita! ¡A ver, mi beso, antes de dormirte! ¡Ahora, la lámpara baja! ¡y a dormir, abrazadas las dos! ¡Te quiero, porque no te quieren!”
El tercer cuento se llama “Bebé y el señor Don Pomposo”, donde se puede ver el valor del dinero que los mismos adultos le enseñan a los niños, antes de que ellos puedan entenderlo. Lo más llamativo de este relato es lo inteligente que presentan al niño. La descripción del niño es casi la de un príncipe, pero uno que no se comporta como tal, pues su personalidad es distinta y un ejemplo a seguir para el niño que lee el cuento. El niño que lee aprenderá a ser bondadoso, aunque goce de beneficios que muchos otros niños no poseen. Importa para esta idea el siguiente fragmento: “A Bebé lo visten como al duquecito Fauntleroy, el que no tenía vergüenza de que lo vieran conversando en la calle con los niños pobres”.
Otro aspecto que trata el cuento es como la curiosidad de la infancia ofrece al niño repuestas acerca del conocimiento, y por eso cuando los adultos le refieran historias fantásticas, el niño siempre debe preguntar el por qué y el cuándo de las cosas que lo rodean.