¿Qué seremos en Venezuela después de la guerra?
A propósito de héroes y heroínas que aparecen en nuestro país desde que se desató la gran guerra del egoismo, es bueno plantearse de vez en cuando que somos durante y qué seremos después de la guerra. Porque sí, estamos en guerra. Es una guerra corta y pesada de todos contra todos. Para quienes somos venezolanos nos cuesta aceptar esta realidad, y nos atormenta hablar del tema con nuestros allegados por dos cosas: Nadie nos enseño a enfrentar la guerra del egoísmo en la misma proporción en que nos enseñaron a ganarla. Esa misma guerra que siempre es un motivo de gloria y cada vez que podemos hacerle propaganda, lo hacemos. Será cierto eso de que lo natural en el hombre es la guerra y no la paz.
El estado natural de los hombres es la guerra, no la paz. (Kant)
Yo digo que no, que lo que nos hace ser guerreros es la esperanza de encontrar la paz. Por eso creemos que si hay guerra, luego habrá paz. Pero amigos hay muchas maneras de hacer la paz, y no es fomentar una guerra de todos contra todos. Una guerra que aniquila nuestros valores y da entrada a lo más vil que existe: el egoísmo.
A mí en lo personal me da gracia esta frase, porque parece que fue hecha justo para todos los que vivimos en un país donde hoy la guerra vive y toma fuerza.
No hay hombre que sea tan estúpido como para preferir la guerra a la paz, ya que, en la paz, los hijos entierran a sus padres, mientras que, en la guerra, los padres entierran a sus hijos. (Herodoto)
¿Por qué nos gusta la guerra? Porque se nos enseña desde niños que hay un botín de guerra que reclamar al estilo Troya y su Aquiles. Pero el botín nunca es nuestro de verdad, como no lo es ni la guerra, ni los guerreros ni mucho menos la victoria prometida. Hoy estamos luchando uno con el otro, pero no hombro a hombro como enseñaron los espartanos, sino cara a cara como enseñan los dioses más modernos que tenemos: la ira y la esclavitud.
En este momento de vanagloria para unos y vergüenza para otros, nadie piensa en Venezuela como la tierra que si es nuestra, y que si nos pertenece. Y no piensan porque están muy ocupados por hacer de uno solo lo que es todos. Hoy quienes luchan por un solo propósito bajo el lema “sálvense quien pueda”, son quienes no quieren ni a su gente, ni a sus bosques, ni sus plazas, ni sus ríos, ni su cielo, es decir, no se quieren a si mismos. Hoy estamos tan pendiente de la guerra, perdiendo a cada instante mucho de lo que era nuestro, y olvidando que lo natural es la paz.
La paz que debemos sembrar a cada hora. Sembrar la paz no es ni decirlo en una red social, ni difundirlo mientras se hace guerra interna y silenciosa. La paz se siembra, alimentado nuestro oficios, estudiando más, cuidando de nosotros y de quienes nos rodean. Llevar paz y amor donde hay mentira y odio. Salir a la calle y rescatar lo bueno, y traer de lo bueno al hogar. Porque para ser felices sólo hay que entender que si somos paz en todo momento, no hay guerra que haga revuelo.¿Y entonces que seremos después de la guerra? Seremos lo que queramos ser, unos inútiles o unas personas preparadas para enfrentar lo que el país demande en un futuro cercano, eso que se llama preparación y sabiduría en todos los niveles. Esto fue un pedacito de lo que pienso cuando salgo a la calle con una sonrisa y todos me dicen que no paso necesidades porque no ando haciendo la guerra. Yo digo que mientras unos pelean hay quienes nos preparamos en el conocimiento y los oficios, de forma silenciosa. Sin importar que hoy seamos sólo un eco, porque sabemos mañana seremos un estruendo poderoso de sabiduría, disciplina y amor. Para quienes creen que no sentimos nada, les decimos que hoy sonreímos llorando porque sabemos que la paz siempre triunfa.
¡Un saludo a todos los que sonríen y gracias una vez más por su atención !