Estoy en esos días en los cuales me llueven recuerdos unos muy buenos y otros no tanto, en esos días donde la desmotivación quiere inundar mi ser y ahogarme en un mar. Pero… me pongo a pensar en los cambios que me dejo el dos mil diecisiete y me doy cuenta que esta vida es una montaña rusa, que sube y baja, que sube y baja.

Deje ir amores, deje ir amigos, deje ir comentarios y consejos de familiares los cuales para mi eran esenciales, ahí me di cuenta que había aprendido el arte de dejar ir. Entonces entendí que estaba en la etapa en la cual estaba creciendo y sanando.

Pedía, pedía a gritos un cambio en mi vida, de pronto te das cuenta que toda situación incómoda o frustrante, tristezas, recuerdos y todo sentimiento no sintonizado con tu espíritu, se borran.

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Ya no tengo tristezas, solo sonrisas para mostrar.

Me libré de apegos y los deje ir,deje ir grandes cosas para poder librarme de los pequeños adornos innecesarios, entendí que si algo es para ti va a volver ya sea en un mes, dos años o incluso en cuatro años. También comprendí, Que en esta vida no importa el orden en el cual suceden las cosas, y que lo que realmente tu vida necesita está en camino y te llegara en cantidades mayores a las que tú imaginas. Que los problemas no son problemas sino bendiciones. Que uno mismo tiene el poder de crear. Que si me caí, es porque estaba caminando y caminar vale la pena aunque te caigas.

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Choroni-Venezuela >

“Lo maravilloso del ser humano es que en su libertad decide sacrificarse por amor y, a pesar del sacrificio que parezca representar, esta decisión le hace enormemente feliz.”

Con amor Bárbara.

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Todas las imágenes fueron capturadas con mi teléfono Zte Nubia Z5s y extraídas de mi Facebook
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