Durante el siglo XIX, se estableció en gran parte de Europa un tipo de Estado que propugnaba preceptos políticos, económicos, sociales y filosóficos que se encuentran basados en el carácter de la naturaleza del hombre. Evidentemente, el Estado liberal, nombre dado a esta forma política, es el resultado de una serie de hechos históricos en distintos contextos y que se encuentran determinada por un aspecto común: El desarrollo del liberalismo. El movimiento liberal es un fenómeno que da origen a la decadencia del absolutismo, sistema político monárquico que para entonces fue dominante en Europa, pero mas allá de los cambios políticos que propugna en si mismo el movimiento, es imprescindible destacar que el liberalismo es un doctrinario que transformó el paradigma de la autoridad de la razón humana con respecto a los derechos naturales y al desarrollo de la sociedad, comenzando por el individuo.

Principios del Estado Liberal

Ahora bien, el principio fundamental del Estado liberal se basa en la adopción de las ideas desarrolladas por el humanismo, la ilustración y el utilitarismo, tendencias de pensamiento que marcaron un hito en la historia occidental y representaron el origen del movimiento. En ese sentido, estas corrientes de liberalismo influyeron específicamente en la burguesía, un sector de la población conformado por la clase media. La burguesía representa en si misma el establecimiento del Estado liberal, puesto que esta incipiente clase social defendía los principios de los derechos naturales y del gobierno constitucional frente a la teoría de los reyes por derecho divino y los privilegios de los soberanos y la nobleza. Por esta razón, fueron los burgueses aquellos que lideraron las revoluciones liberales, que van del siglo XVII al siglo XIX.

Tomando en cuenta la afirmación anterior, el liberalismo, se establece como modelo político de occidente, porque impulsa la institucionalización de los derechos políticos y de las libertades personales para los ciudadanos de cada país, como parte de un conjunto más amplio de derechos que engloba el derecho de propiedad, la movilidad geográfica y la libertad de mercado, abogando de este modo por el desarrollo de la individualidad.

En lo que respecta a los preceptos o dogmas axiológicos del liberalismo, establecido como sistema político de un Estado civil, se encuentra en primer lugar la consagración de unos derechos adjudicados al individuo, y calificados como fundamentales. Entre las garantías que suponen los derechos anteriormente mencionados, se encuentran la libertad de conciencia, la propiedad privada, el sufragio y la igualdad ante la ley, entre otros. Estos derechos fundamentales eran entonces, como sugiere Harold Laski, limitantes al poder ejercido por el Estado, puesto que son considerados como provenientes de un estado de naturaleza y, por lo tanto, se encuentran fuera de su ámbito de acción. Esos derechos son garantizados a partir de normas destinadas a resguardar la vigencia de los mismos, todo esto a través de órganos que reflejan el empleo de la organización estatal.

Aquí entra, en segundo lugar, el principio de separación de poderes como forma racionalmente concebida, que puso en práctica los planteamientos expuestos por Montesquieu. En ese sentido, el poder quedaba dividido en tres grandes bloques: Legislativo, Ejecutivo y Judicial; cada uno con distintos titulares, distintas competencias y vinculados recíprocamente. En palabras de Friedrich Hayek, “son poderes que se encuentran en situación de igualdad, independencia y autonomía entre si”. Efectivamente, la finalidad que tiene este importante aspecto es la de oponer poder al poder, que el poder detenga al poder, para asegurar de este modo, la imposibilidad de las arbitrariedades e injusticias del estilo absolutista.

En tercer lugar, el principio de soberanía que, dada la naturaleza del movimiento liberal clásico, reside en el individuo, es decir, los valores individuales están por encima de los grupales. Consiguientemente, el Estado liberal supone que el ejercicio de la soberanía se realizara solo a partir de una común participación de los individuos en los asuntos públicos, logrando así un adecuado desarrollo del valor y la dignidad de la persona.

¿Qué es el movimiento liberal?

Con respecto a los orígenes del liberalismo, sin duda alguna, se le atribuye el inicio de este movimiento a las posturas filosóficas expresadas en Francia e Inglaterra durante el siglo XVIII, o como lo denomina Jean Touchard, el siglo de las luces (ilustración). Según Touchard, el régimen absolutista que fue impuesto principalmente en Francia e Inglaterra en el siglo XVI, sumió a los individuos en una situación de arbitrariedad e impunidad por parte de los reyes. La monarquía se abrogaba el poder ilimitado, con el pretexto de que su poder emanaba de la voluntad divina. Sobre la base de la imposición de este modelo de Estado, se desarrollaron tendencias de pensamiento en los Estados nacionales europeos que defendían la autoridad del poder en la razón humana y en el desarrollo de las libertades individuales.

Sin embargo, no se debe pensar que las diversas corrientes filosóficas que rechazaron el concepto del poder absoluto del rey forman parte de un cuerpo común de ideas integradas. Por ejemplo, el utilitarismo inglés, representado por Jeremy Bentham, sostenía que la única función del Estado consistía en incrementar el bienestar y reducir el sufrimiento, sin la utilización directa de las leyes en la libertad de expresión individual, diferenciándose en gran manera con la teoría humanista expuesta por J. J. Rousseau, para quien la garantía de la libertad y de la igualdad se ve expresada en la “voluntad general”.

Asimismo, el desarrollo definitivo del movimiento liberal se condensa en la aparición de sectores sociales claramente diferenciados con respecto a la posesión de bienes, definidos en dos grupos: La fuerza obrera y la burguesía. El origen de estas clases sociales, es una consecuencia directa de la revolución industrial, proceso que supuso la vigencia plena de la propiedad privada y el desarrollo del individuo, aspectos fundamentales del liberalismo. En este sentido, se puede afirmar que el liberalismo se encuentra intrínsecamente relacionado con la burguesía, como se ha mencionado anteriormente.

En la actualidad, el Estado occidental de base liberal democrático, ha resultado ser el modelo generalizado en todo el mundo. El mismo, sigue apoyado en la legalidad positiva los derechos individuales que le confieren legitimidad, la democracia, como medio por el cual la representación ejerce el poder para el beneficio de la sociedad; y los criterios axiológicos que permiten el desarrollo del individuo: la libertad y la igualdad. De ese modo, en una próxima publicación se reseñara el desarrollo histórico del Estado Liberal.