Cuando el abuso se convierte en un derecho.

in #spanish6 years ago



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En toda sociedad organizada, existen normas de convivencia previamente aceptadas, destinadas a garantizar la armonía entre sus miembros. Incluso las sanciones que reprimen el incumplimiento de dichas normas o de aquellas conductas consideradas inadecuadas, son vertebradas para su cumplimiento.

El conflicto más complejo que enfrenta las normas, es el lograr imponerse a los aspectos negativos de la mentalidad imperante en la comunidad. Ellos podrían dejar impráctica su aplicación y crear un ambiente ambiguo, donde los excesos sean normalizados.

La ley, en ambientes tolerantes al abuso, termina siendo decorativa o funcionando según ciertas conveniencias insólitamente "reglamentadas", para beneficio de algunos caracteres muy particulares. De permanecer esta situación, las leyes terminan siendo "negociadas" y dirigidas a proteger los intereses más notables.

Va dejando pasar las infracciones que deben castigarse, materializando un estado anárquico, no de destrucción física sino de mengua moral. La cultura popular suele alimentar mitos sobre el funcionamiento de una sociedad, formando prejuicios y arquetipos en los roles importantes cuya función es la preservación del equilibrio social.

Esa cultura popular deliberadamente deforma la misión original de esos roles, otorgándole características maléficas, pero creando una morbosa simpatía a esa imagen negativa. Va aprobandose los excesos cometidos por quienes deben velar por el cumplimiento de las leyes, considerándose (para algunos) ejemplos a seguir.

El modelado de un servidor público, si está corrupto desde su origen, resultará en un individuo ávido de poder, indiferente a cualquier límite legal. Empleará la manipulación para proteger sus intereses y procurará cuidar de su exclusiva existencia.

Los ciudadanos son responsables de sus acciones, incluyendo sobre que aceptan, siendo una notable contradicción querer el cumplimiento de la ley y en paralelo, confabularse para infringirla. En la cotidianidad, las personas enfrentan pequeñas pruebas cuyas consecuencias determinan su calidad moral. Si se toma el pernicioso hábito de tolerar la corrupción moral, de nada servirá exigir protección de la ley aceptando algún delito

O se condena toda forma de delito o se sucumbe a él. No existe infracciones "cómodas", "aprobables" ni picardía inocente, menos aun justificable. Toda omisión y aprobación de actividades dañinas, terminará perjudicando hasta el que cree estar inmune a ella porque la practica.

Ante el exceso, se debe tener una feroz contundencia para aplacarlo, eso incluye aquellos factores culturales que alientan el aprobar hábitos inmorales, dañinos para el bienestar social.

Saque usted sus conclusiones.

Pedro Felipe Marcano Salazar.

Nota: Este artículo es de mi autoría, fue originalmente publicado en mi blog "Reflexiones de Ciudadano X".

https://reflexionesdec1udadan0x.wordpress.com

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FELICIDADES!!!!
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Excelente material, siempre siguiendote

@salvadordali Muchas gracias por su apoyo.
@sacra97 Me alegra mucho que le guste.