La Sonrisa de Sofía... dos chicas conectadas por una treta del destino
Una Historia de Amor marcada por la Tragedia
Capitulo I
Paula tiene 24 años, Sofía tiene 22. Sofía estudia ingeniería y Paula estudia derecho. Sofía no cambiaría por nada un día en casa viendo películas con palomitas de maíz. A Paula le gustan los deportes extremos y la aventura. Sofía anhela viajar alrededor del mundo, Paula sueña con convertirse en una surfista profesional. Ama el sonido del mar mientras a Sofía le encanta la música clásica.
Sofía tiene un estilo tan rosa como el de una flor, Paula viste elegante por una exigencia de la carrera. Aunque sería la mujer más afortunada del mundo si pudiese usar siempre sus jeans favoritos con una fresca camiseta y tenis cómodos a la moda. Sofía piensa que la forma de vestir de Paula es igual al de una persona con ínfulas de grandeza.
Sofía muy contenta llega a la fiesta sin saber que esa noche cambiara su vida, tal vez para siempre.
Paula observa la oscuridad de la noche y trata de concentrarse en su libro de leyes. Un par de tragos aumentan el ánimo de Sofía y la liberan de tenciones. La amiga de Paula ríe al verla tratando de concentrarse, dice que debe dejar de estudiar y salir con ella a la tradicional fiesta de la facultad de derecho. Paula piensa por un minuto en la propuesta pero en seguida recuerda la llamada de su padre; su amiga la persuade nuevamente diciendo que la ayudara luego a aprenderse las leyes. Ella sonriendo arroja a un lado los libros y sucumbe ante la tentación.
Llegan al reventón y Paula recibe una bebida que la hace entrar en calor, comienza a moverse al ritmo de la música cuando de pronto, justo frente a ella está Sofía sentada conversando con un par de amigas.
Le sorprende que se hayan infiltrado algunos estudiantes de otra facultad a la fiesta, Sofía virando sus ojos mira a Paula. Queda ensimismada al verla lucir un atuendo tan relajado aquella noche. Se detiene por un momento la música y Paula toma asiento para disfrutar de su trago, Sofía se aprovecha de la valentía otorgada por el alcohol y se dirige hacia ella sin pensarlo.
Sofía queda fascinada al conocer que Paula no era como la imaginaba, y al instante disipa los pensamientos negativos que tenía respecto a ella. Paula sigue sin entender el magnetismo que siente al observar a Sofía, le comenta su meta de convertirse en surfista profesional y ella revela su sueño de viajar alrededor del mundo. Confiesa su amor por la literatura y Paula expresa su odio por estudiar leyes, ambas hacen una conexión tan perfecta como la de una llave a la cerradura. Ven terminar la noche con la salida de un sol radiante, lo que les indica que ya deben marcharse; aunque quieren continuar hablando, finalmente deciden retirarse. Paula cuenta los segundos para volver a verla, llega a su edificio residencial y se encuentra con la amiga que la ayudará a entender las leyes e intenta colocar toda su atención para lograrlo. Sofía entra a su habitación muy alegre y al acostarse se sumerge entre sus sabanas.
Espera a que Sofía salga de clases sentada en una butaca cerca del área de ingeniería, ella sale del salón y busca a Paula. La emoción hace que ambas sonrían al verse, Paula comenta lo bien que le había ido en el examen.
Al día siguiente, Paula se acerca a la oficina donde publicarían las calificaciones finales del semestre. Mira sus notas y salta de alegría por haber aprobado todas las materias. Sofía recibe por segundo año consecutivo las felicitaciones de sus profesores por haber obtenido el promedio más alto de la clase, aunque a ella sólo le emociona saber que por fin el semestre terminó y podrá tener un tan esperado mes de vacaciones.
Al cabo de un par de días, Paula y sus amigos organizan la tradicional rumba playera a la orilla del mar. Sofía se sienta junto a la fogata a observar las estrellas de una noche templada. Paula ríe con sus amigos un rato y se percata de Sofía, comienza a observarla fascinada por el contraste que hace el color castaño casi rojizo de su cabello con sus hermosos ojos azules.
Casi a punto de finalizar la semana, Paula le dice a Sofía que no la dejara ir de la isla hasta que ella monte una ola sobre una tabla de surf. Colocando un rostro de susto, sonríe diciendo que sólo lo intentara si ella la acompaña. Paula acepta y ambas corren al mar en busca de una buena ola. Logran con mucho esfuerzo ponerse de pie sobre la tabla, aunque luego de un minuto Sofía pierde el equilibrio y las dos caen como un par de gotas al agua. Paula ríe sin parar, comenta que lo importante es haberlo intentado, Sofía se sonroja de la pena.
Temprano en la mañana, Sofía se alista para continuar con sus vacaciones en casa. Paula la acompaña al aeropuerto con algo de nostalgia por su partida, Sofía dice que espera verla pronto cuando inicien las clases. Con un fuerte abrazo y un delicado beso en la mejilla se despiden finalmente.
Paula espera por unos días en la isla la llamada de su padre, quien prometido estar unos días disponibles para compartir con ella. Sofía es recibida por su familia con mucho cariño, comparte el resto del mes junto a ellos entre noches de películas, ratos de risas y largas charlas mientras almuerzan.
El padre de Paula le informa que no podrá estar en casa durante algunas semanas porque deberá hacer un viaje de negocios. Ella nada sorprendida por la noticia decide quedarse el resto de las vacaciones con sus amigos en la isla, piensa que su padre otra vez le mintió y recuerda que tiene casi un año sin verlo.
Continuará...
Gracias por leerme. Nos vemos en una próxima publicación.
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