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Hace 7 días en este artículo, nos hicimos una pregunta muy inquietante; ¿qué es la vida? Comenzamos a abordar esta pregunta desde diferentes aristas, desglosándola en distintos cuestionamientos. Así pudimos responder con bastante satisfacción lo siguiente, ¿que es un organismo vivo?

A partir de bastantes reflexiones llegamos a la siguiente conclusión:

Los sistemas vivos son una organización especial y localizada de la materia, donde se produce un continuo incremento de orden sin intervención externa.

Aun así, no nos pudimos quedar tranquilos. Esta respuesta trajo consigo más interrogantes y hoy abordaremos una de ellas.

¿Cuál es la función de la vida?

Si observamos los patrones de la vida podemos notar que, al parecer, cada adaptación o nueva capacidad en los seres responde a un propósito. Por ejemplo, la aparición del oso polar: se cree que en un momento de la historia, una gran masa de osos pardos vivía en zonas frías cubiertas de hielo; unos cuantos de estos osos nacieron con una extraña mutación, eran tan blancos como la nieve. Esta mutación azarosa resultó ser muy beneficiosa y predominó, promoviendo así el dominio de los osos polares sobre los osos pardos en aquellas zonas. Esta adaptación claramente cumple con un propósito, hacer al oso mucho menos visible sobre el blanco de la nieve, pudiendo así camuflarse y atrapar sigilosamente a su presa [1].

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Retrocedamos millones de años al pasado, hasta el momento en que la vida surge, ¿será la vida un proceso “adaptativo” del universo? En ese caso, ¿en qué beneficiaría a la misma existencia el nacimiento de la vida?

Información

Cada organismo vivo existente en nuestro planeta tiene un importante objetivo: reproducir la especie traspasando su código genético a futuras generaciones. La urgencia de los mamíferos por mantener relaciones sexuales está en gran parte dada por aquel motivo, incluso dando lugar a especies en que su último fin es copular, teniendo relaciones sexuales suicidas. Los machos de una pequeña especie de marsupiales, conocidos como Antequinos, cuando comienza la temporada de reproducción copulan hasta morir, teniendo sesiones de hasta 14 horas seguidas con la mayor cantidad de hembras posibles [2]. Transmitir el código genético es tan importante que ¡hasta mueren por ello!

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Pensemos en otro caso con una gran relevancia, la mitocondria .Según la teoría endosimbiótica , la mitocondria hace más de 1.500 millones de años correspondía a una célula procariota, muy semejante a las bacterias. Vivía de manera independiente, hasta que se fusionó con otra célula eucariota primitiva siendo fagocitada, formando una relación simbiótica entre ambas. La célula procariota proporcionaba de energía y la célula hospedadora proveía un medio estable y seguro. Ahora, las mitocondrias tienen una forma segura de multiplicar y transmitir su ADN, pero están muertas, son un organelo de las células con su propio ADN, pero no viven [3].

¿Y los virus?, tienen su propio ADN, ¡pero tampoco están vivos! y están sujetos a cambios y evolución al igual que los seres vivos. Todas sus actividades responden al propósito de transmitir su ADN a la mayor cantidad de lugares posibles.

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Entonces, a medida que el ADN se pueda transmitir a futuras generaciones, ¿no importa la vida? Tal vez, la vida responde nada más a una función: transmitir información; y los seres vivos son nada más que una forma exitosa de hacerlo en nuestro planeta, entre otras. Entonces, enfatizando la idea, tal vez somos nada más que un medio que utiliza la información para ser transmitida, al igual que los virus.

Por supuesto, cada vez que encontramos ciertas respuestas, surgen nuevas dudas. Las células, están conformadas por diferentes piezas que reaccionan químicamente. Pero algo curioso sucede, todas estas piezas, están muertas. Es decir, todo ser vivo es un conjunto de piezas muertas, ¿cómo un grupo de cosas inanimadas pueden desarrollar un ser vivo?, entonces, ¿cómo se origina la vida? Analizaremos estas preguntas en un próximo artículo, la semana que viene.

Cambiemos un poco la perspectiva

Como seres humanos, siempre pensamos de manera bastante esquemática. Para nosotros todo existe para cumplir con alguna función, un propósito. Pero, pensemos más allá, tratemos de quitar nuestro sesgo y veámoslo todo desde una perspectiva diferente, ¿por qué tiene que existir una función? El universo y la vida no tienen porqué tener alguna función más allá de la propia existencia. Tal vez, el universo existe solo con el propósito de existir, y nada más, al igual que la vida.

Este pensamiento lo podemos extrapolar a nuestras propias vidas como personas que somos. Siempre nos preguntamos cuál será el sentido de la vida, pero seguramente hemos tenido la respuesta en nuestras narices desde que nacimos, el sentido de la vida, es vivir. Nada más, disfrutar lo que tenemos y vivir la vida al máximo, creando por nosotros mismos nuestros propósitos para vivir y salir adelante. Ciertamente nunca sabremos si la existencia responde a algún propósito divino fuera de nuestro alcance, pero sí sabemos que nos tenemos a nosotros y a nuestros seres queridos. Está a nuestro alcance vivir de la mejor manera posible, respetando, siendo amables entre nosotros, amando, disfrutando y haciendo de nuestro entorno un lugar mejor.

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Un saludo y fraterno abrazo.

Equipo de desarrollo cervantes

Por @vhinojosa

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Fuentes consultadas

1. Oso Polar Pedia. Evolución del Oso Polar. Extraído de http://www.osopolarpedia.com/evolucion-oso-polar/


2. National Geographic. The Antechinus History. Extraído de https://www.nationalgeographic.com/magazine/2016/06/basic-instincts-antechinus-marsupial-sex-until-death/


3. L. Sagan (1967), "On origen of mitosing cells", Boston University . Extraído de http://web.gps.caltech.edu/classes/ge246/endosymbiotictheory_marguli.pdf

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