Son muchas las leyendas que sean tejidos sobre estos personajes. Pero la más sobresaliente es la estrella de Belén, la estrella que siguieron los tres reyes hasta el lugar de nacimiento de Jesús. En contra poción a la tradición cristiana, que proscribe la relación con magos y hechiceros, en la antigüedad la palabra mago se usaba para señalar a los hombres sabios, que por lo general eran astrónomos, conocedores de la navegación celeste, científicos y muy probablemente iniciados de las ordenes herméticas, poseedores de la sabiduría de la escrituras, otros afirman que pertenecían al mazdeísmos o sacerdotes zoroastrianos.

Por lo descrito en la tradición, los reyes siguieron la estrella hasta el lugar del nacimiento de un Rey. Es lógico suponer, que poseían un profundo conocimiento de la astronomía y astrología. Que les permitió interpretar el mensaje en las estrellas. Ahora bien cual fue ese evento astronómico que siguieron los Reyes Magos; para el año “0” del nacimiento de Jesús? todavía no sea podido identificar ningún acontecimiento astronómico para esa fecha. Pero para el año 6 a.c. el profesor de Astrofísica Teórica Grant Mathews logro identificar una súper alineación planetaria. Durante este alineamiento, el Sol, Júpiter, la Luna y Saturno se hallaban en la constelación de Aries; Venus se encontraba en la vecina Piscis; y Mercurio y Marte al otro lado, en la de Tauro. Además, el Sol estaba en el primer punto de Aries, es decir, que el suceso ocurrió en pleno equinoccio de primavera (Junio), esto ratifica el hecho de la presencia de ovejas y pastores para el nacimiento de Jesús, ya que para el mes de Diciembre es invierno y los pastores emigran con sus ovejas escapando del invierno que asesinaría sus rebaños por frio e inanición. El tema de las ovejas parece algo sin importancia, pero vital para poder descifrar este acontecimiento.

La más probable interpretación de esta súper alineación que pudieron haber efectuado los Reyes Sabios; seria que Júpiter y la Luna significaban el nacimiento de un gran líder (Rey). Saturno es un símbolo que representa la vida en casi todas las culturas, al igual que la constelación de Aries en el equinoccio de primavera, que representa el renacer o la renovación de la naturaleza. El hecho de que el alineamiento se diera en Aries implicaba que alguien muy importante vendría al mundo para el momento de la alineación. Los Reyes magos debieron predecir este evento con años de antelación, para coordinar y planificar esta expedición entre varios reinos, tomando en cuenta que para la época salvar la mínima distancia requería de largas travesía.