Superando mis límites
Hola, hoy les quiero comentar una experiencia de vida.
Si leyeron mi nota de introducción sabrán que estudio medicina, suena muy fácil decir que estudias una carrera como medicina en la primera universidad del país, pero no lo es. Quedar en medicina para mí fue una odisea que me dio muchas enseñanzas.
Yo salí de bachillerato en el 2015, ese fue el último año en el que se hizo una prueba de admisión. Lamentablemente, a pesar de haber estudiado mucho durante un año completo y tener todos los conocimientos para presentar la prueba, no tomé en cuenta a mi mayor enemigo, la inseguridad.
Después de estar casi 3 horas en un salón presentando la prueba, me di cuenta de que fui vencida por mis nervios y mi inseguridad y que era muy poco probable haber quedado en la carrera. Y no me equivoqué, dos meses después me llegó la terrible noticia de que no había sido aceptada.
En ese momento mi vida se derrumbó, todo lo que había planificado se había ido por un precipicio, no sabía que hacer ya que solo había presentado la prueba de Medicina y ninguna otra.
Había caído en depresión, no sabía que iba a pasar con mi vida, no sabía si tendría la oportunidad de presentar otra vez. Lloraba y me sentía miserable cada vez que me acordaba que no había quedado en la carrera de mis sueños.
La próxima prueba sería el siguiente año, 365 días en el que debía prepararme para quedar. Además de prepararme para la prueba, empecé a estudiar inglés.
Al año siguiente cuando anuncian las fechas de las pruebas de ingreso, la universidad puso bastantes obstáculos que impedían quedar ese año. ¿Por qué?¿Qué pasó? Pues simplemente el gobierno prohibió las pruebas de ingresos y la universidad decidió que harían un sistema de ingreso por entrevista pero sólo para estudiantes del último año de bachillerato y simplemente yo ya tenía un año de que me había graduado. Ahí entré otra vez en crisis, hasta que se me ocurrió presentar en un programa de la universidad que era para preparar jóvenes de escuelas públicas para entrar en carrera, lo difícil era pedir que me aceptaran porque yo era de una escuela privada, pero ese fue el menor de los problemas.
Meses después de presentar la prueba, fui aceptada. Esto me emocionó demasiado, tenía una oportunidad para quedar en mi carrera. No sería fácil, después de que me inscribí, me entero de la modalidad del programa ¿en qué consistía esta? Simplemente tu escoges 3 carreras del área que quieras (en mi caso; el área de la salud) y por tres fases, tienes que aprobar tus materias con buenas notas y tratar de ser de los mejores de tu grupo para quedar. Medicina era la carrera más demandada en mi grupo, cosa que me daba menos posibilidades de quedar. Iba a ser un año muy difícil y no me equivoqué. Para Medicina daban solo 10 cupos y éramos casi 110 jóvenes buscando quedar ahí.
Esas tres fases fueron terribles, no dormía casi, lloraba muchísimo y hasta pensaba que sería imposible quedar ahí, pero no fue así. Aunque tenía muy buenas notas y me esforzaba demasiado, yo sentía que no era suficiente y trataba de dar todo hasta explotar del cansancio. Tanto mi cuerpo como mi mente estaban agotados.
Al fin llegó ese momento tan esperado en el que me dijeron que sí había quedado en la carrera. No lo podía creer aún y no lo creía hasta el día de entrega de certificados donde decía a que carrera iba a entrar.
Ese fue uno de los días más felices que había tenido en mi vida. Lo había conseguido.
¿Por qué les cuento esta historia?
Porque a pesar de que fue un tiempo muy duro para mí, logré cumplir mi meta y no solo eso, logré cambiar mi forma de ser. Dejé de ser tan tímida, me sentí más confiada en mis conocimientos, me sentí mejor conmigo misma, ya no me sentía la chica rara y fea que intentaba quedar en una carrera, ahora me sentía una chica fuerte, bella y segura de mí misma.
Y no sólo me trajo seguridad a mí misma, si no que me trajo amistades espectaculares en esos dos años. Tanto en las clases de Inglés como en el programa. En mis clases de Inglés conocí a tres personas geniales; Shadia, Ricardo y María Daniela. Tanto así que Ricardo se volvió mi mejor amigo y era una de las personas que más me apoyó en este tiempo. En el programa conocí a Brenda, Arquimedes, Mariapaula, Alejandra, Andrea, Gabriel, Juan y mucha gente más. Aunque no todos siguieron en el programa, muchos de ellos se volvieron personas muy especiales para mí, personas que me dieron todo su apoyo y que incluso estaban muy seguros de que yo sería una de las escogidas para estudiar Medicina.
Me encanta recordar esta historia porque creo que las cosas pasan por algo, si no hubiera pasado todo eso, no hubiera conocido a todas esas personas que para mí son super importantes, no hubiera mejorado mis nervios, mi autoestima, mi forma de ser.
Como moraleja les dejo que a veces las cosas no se deben planificar tanto, en la vida no todo se da como uno quiere y a veces, aunque pensemos que está todo perdido, sólo hay que ver mejor las cosas y buscar otra manera de encontrar el camino.
Gracias por leerme. Saludos, @chiaramedina