Han pasado varias semanas y no he soñado con la chica, pero tampoco pienso soñar más con ella. Estoy tratando de mantener mi mente ocupada haciendo deporte, cocinando, viendo programas de televisión y creo que ya se ha ido por completo.

Hoy también decidí ingresar a un instituto universitario, quería adoptar un oficio y también quería seguir estudiando con mis amigos de preparatoria. La decisión la tomé cuando Lucas, mi mejor amigo, me llamó.

-¿Cómo estás, Brother?- Preguntó con emoción.

-¡Ey Lucas!, Excelente ¿y tú? -Respondí con alegría de escuchar su voz.- Tiempo sin hablar contigo ¿qué me cuentas de tu vida?

-Pues voy a inscribirme a un instituto cerca de tu casa, también se inscribirá Eva ¿te animas?- Me preguntó serio.

No tardé mucho en responderle, ya estaba decidido en estudiar ahí, fue una sorpresa su llamada y me motivé más cuando me imaginé la clase de travesuras que podría hacer con mi grupo de amistades. Luego de un rato hablando tuve que preguntarle cuándo serían las inscripciones y los requisitos que pedían.

-Bueno, te comento que las inscripciones son mañana -Me sorprendí.- Y los papeles también debes de llevarlos ¿tienes algo para anotar?

-No, realmente no tengo nada -Le comente incómodo.

-Tranquilo, yo te paso un mensaje de texto con todo lo que necesitas –Bostezó.- pero más tarde porque apenas me estoy levantando de mi cama.

-Yo también me estoy levantando, qué casualidad -sonreí.

-Vale, hablamos luego.

-Vale, Cuídate.

Una hora más tarde me llegó un mensaje de texto con todos los requisitos que pedía la universidad, eran diez y yo solo tenía cinco. Por suerte el día estaba comenzando y tenía mucho tiempo para sacar los papeles faltantes. Me levanté de mi cama seguidamente de hablar con Lucas, tomé una toalla y me metí a la ducha.

Me termine de duchar y me fui a vestir, me coloqué una playera negra, un jeans gris y unos zapatos cómodos, en ese momento una llamada entrante comenzó a retumbando mi teléfono, era Eva.

-¡Ey!, ¿dónde estás? -habló preocupada.

-Estoy saliendo de la ducha -Respondí pensativo- ¿Qué pasó?

-Me dijo Lucas que te inscribirás en la universidad y te hacen falta unos papeles -hizo una pausa breve.- me dio mucha alegría escuchar que nos volveremos a ver, y a mí también me hacen falta algunos papeles ¿Podemos vernos y sacarlos juntos?

-Claro -Sonreí- ¿dónde nos vemos?

-Pasaré por tu casa para buscarte.

-Vale, te esperaré aquí.

Media hora después llegó Eva, fue agradable verla y hablar con ella. Pasé todo el día sacando mis papeles y hablando de mis sueños con mi amiga, también fuimos a comer pizza en un restaurante y nos reímos mucho sobre algunas historias que me contaba.

Llegué a mi casa a las diez de la noche con todos mis documentos faltantes, pero con mucha hambre, como siempre. Fui al refrigerador y busqué algo para comer, aunque tenía mucha hambre como para un simple aperitivo. Luego de ver el refri y pensar tanto, decidí hacer espaguetis con salsa a la boloñesa. Duré aproximadamente media hora cocinando. Me senté a comer en mi sofá de cuero sintético, prendí la TV, y me quedé apreciando un programa de comida, es irónico ver como hacen comida mientras comes y querer comer de lo que ves. Me acosté en mi cama a las doce de la noche pero había comido demasiado y no pude dormir hasta las dos de la madrugada.

Justo al levantarme fui al baño, lavé mis dientes y decidí tomar un baño caliente. Salí del baño, me dirigí a mi habitación y me quedé mirando mí reflejo en el espejo que se encuentra justo en mi puerta, es un espejo de cuerpo completo, mi toalla se cayó y me quedé viendo mi cuerpo desnudo, un cuerpo flaco y blanco como el de un fantasma, yo actualmente mido uno setenta y siete, y tengo el cabello ondulado.

-¡Dios! -pensé- voy a desaparecer, mira esas piernas tan flacas y esos brazos tan débiles, ¿Así piensas enamorar a la chica de tus sueños? –eché una carcajada.

Luego de tanto criticar mi flaco cuerpo, me fastidié y comencé a vestirme para ir a inscribirme a la universidad. Me coloqué una camisa negra manga larga, un pantalón de vestir gris y un calzado casual. No quise ir deportivo porque iba a inscribirme a un instituto universitario, y simplemente quería ir presentable. Recuerdo que cuando era pequeño, mi padre decía “La presencia lo es todo”, y tenía un poco de razón, creo que por la misma razón fue que me vestí presentable.

Me dio pereza dar tantas vueltas en mi casa, decidí irme y encontrarme con mis amigos en el lugar. Puedo irme de dos formas a la universidad, puedo caminar o simplemente ir en mí auto. Sin embargo preferí caminar, son solo diez minutos y así puedo cambiar un poco la rutina de utilizar el automóvil para ir a todos lados.

Cuando llegué al instituto comencé a buscar como loco a mis amigos, no sabía cómo era el proceso de inscripción, había una cola por todos lados y como era mi primera vez dentro del instituto, pues, estaba un poco perdido. Mire de arriba hacia abajo, de izquierda a derecha y aún no lograba ver a ningún rostro familiar, fue cuando sentí una mano en mi hombro derecho, me di la vuelta, era Lucas.

-Jamás vuelvas hacer eso, me asustaste -Le comenté un poco agitado.

Simplemente me miró e hizo una risa maliciosa.

-Ven conmigo, te estábamos esperando -Indicó un grupo de personas que estaban reunidas- vamos, ahí están todos.

Estamos muy lejos del grupo y no diferencio muy bien a las personas, pero puse visualizar a Eva y ella se acercó a mí corriendo. Me saltó encima y se guindó como un koala, la baje luego de unos segundo y le pregunté cómo se encontraba.

-Bien, te estábamos esperando para inscribirnos.

-¿Y quiénes me esperaban?

-Pues, Lucas, algunos chicos que acabamos de conocer y yo. ¿Quién más?

-No lo sé, vi un grupo de personas y pensé que las podría conocer.

Minutos más tardes terminamos de conversar, me tomó de la mano y comenzó a arrastrarme hasta el grupo. Justamente cuando llegamos, el grupo se había disipado, solamente quedaba Lucas y alguien más que estaba delante de él. Fui acercándome por la espalda para asustarlo como él lo hizo, ¡venganza!, poco a poco me fui agachando, le tome el hombro y lo apreté fuerte. Fue gracioso ver su rostro asustado y perplejo, nos reímos mucho durante unos segundos.

-Me diste un buen susto, ya veo lo que sentiste –Dijo con su mano derecha en el pecho.

-Sí -Sonreí inocentemente.

-Bueno, quiero presentarte a mi amiga, ella es Lorena. Eva y yo la acabamos de conocer, estudiará con nosotros psicología.

Esta vez fui yo quien quedó con cara de perplejo. Entre en un estado de shock al mirar a Lorena, el tiempo se detuvo, mi pecho se contrajo limitando mi respiración, no pude quitar la vista de aquella chica, era idéntica a la morena de mis sueños, era ella. Cuando el tiempo volvió a la normalidad, extendió su mano amistosamente.

-Me lla... Llamó ia... Ian -Hable un poco nervioso.

-¿Qué tienes, te sientes bien?

Respire profundo para tranquilizar mi respiración, y continué.

-Sí, estoy bien -Indiqué.

Comencé a retroceder en el tiempo y miles de imágenes pasaron por mi mente, me obligaron a recordar todos mis sueños.

-¿Qué pasa, hombre? -Preguntó Lucas.

-Tengo que contarte algo que me pasó, pero aquí no -Le susurré.

-Vale -Respondió discreto.

Índice

PROLOGO
CAPITULO 1
CAPITULO 2

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