De cara con la depresión

En un banco Alma conversa con un desconocido descubriendo una realidad conocida, el oír su voz tan vulnerable le partía el corazón, no podía soportar escuchar que su condición no era la mas indicada. Eso la llevo a recordar sus días oscuros cuando también sentía miedo y no encontraba la puerta de salida para ellos. Realmente si que eran oscuros aquellos momentos, muy sola me encontraba relata Alma.

En ese tiempo hablar de eso parecía mas que un desahogo una condena porque era la aceptación de que algo estaba sucediendo, algo que no podía explicar pensaba que tal vez era un castigo del cielo, estar allí en ese hueco vacía, cansada y oprimida todo el tiempo. Con pasamientos perturbadores donde la paz era solo una utopía en los momentos de crisis, recorriendo de aquí para allá buscando saciar esa ansiedad que desestabiliza todos los sentidos y cambia el estado de humor a su antojo.

Solo el que lo ha vivido puede dar fe de ello, no es despecho no es decepción; es un miedo incontrolable al cual no le encuentras solución ni salvación. Siendo inevitable dejar de llorar, porque no encuentras un motivo para aquel sufrimiento; ni las mejores canciones cambian el panorama y hasta la comida pierde su sabor. Ver como todos pueden estar tranquilos es algo que no logras comprender. ¿Cual será la cura para este mal? Si para ti cada mañana es igual la misma lucha por estar bien y no poder conseguirlo, buscando respuestas en todos lados y no poder hallarlas. Rechazando esa condición, ya que no es agradable la sensación de tristeza incontrolable en el pecho que se roba cualquier partícula de esperanza.

El no ser entendidos es lo peor, justamente en esos momentos pierdes el control de tus sentimientos, estar junto a una multitud no garantiza que la sensación de soledad vaya a desaparecer y en el peor de los casos es no poder hablar sobre el problema para no ser juzgados, tener que sufrir callados para no incomodar así sea al ser mas cercano.

Sin embargo no hay mal que por bien no venga, estos procesos nos ayudan a encontrarnos mas de cerca con Dios, aun cuando no podamos entender que esta sucediendo. Es inevitable en algunas ocasiones despertar en medio de la madrugada cuando huye el sueño, pero no es para pensar en lo que estas pasando como un problema sino a comprender que es un llamado activo a la oración y al clamor, a elevar suplicas de salvación al Dios de Israel nuestro padre eterno. A correr y buscar las respuestas en un sabio libro que habla a tu alma; la santa palabra donde encuentras las mejores pruebas de amor y la seguridad de que nunca has estado solo, que Jesús siempre ha estado allí con sus brazos abiertos.

Déjate caer en esos brazos de amor que nos llena de consuelo, solo allí hay alivio seguro para todos nuestros males, si nuestra confianza esta en El, no hay lucha que no podamos vencer. Los días duros pueden ser largos pero espera un poco mas para ver lo que el esta haciendo.
Aunque un ejercito acampe contra mi no temerá mi corazón, aunque contra mi se levante guerra yo estaré confiado Salmos 27:3

Fuente

Hay circunstancias en la vida en las que podemos sentirnos asi, si ese es tu caso no dudes en hablar con alguien al respecto, no guardes para ti tus problemas busca desahogar lo que llevas dentro. La mente puede colapsar y traer consecuencias directas al organismo.