No te dejes llevar por la envidia.
«El señor Belé estaba cansado de las continuas peticiones de su devoto, que no conseguía la paz, pues su vecino de el frente era más rico que él. Un día se lo encontró y le dijo: "He decidido obsequiarle un deseo, lo que tu pidas, pero hay una pequeña condición: lo que tu pidas se lo daré dos veces a tu vecino».
Lleno de gozo, el devoto pensó en lo que quería, pero solamente el hecho de que su envidiado vecino consiguiera el doble de lo que el fuera a pedir, empañaba cualquier cosa que llegaba a sus pensamientos.
Entonces pidió consejo a sus mas cercanos amigos, unos por una parte le aconsejaron que pidiera riquezas, y otros por otra parte que pidiera inmortalidad, los menos amor y otros tanto poder.
Aunque, pensar que su vecino obtendría el doble no lo dejaba dormir. Pasaron años y un día tomo su propia decisión. Invocó a su Señor y dijo: «Quiero perder un ojo»...
Pídele a la Divinidad que te dé capacidad de ser alegre con todo lo que la vida te disponga, sea lo que sea.
La palabra envidia, es del latín invidere, que tiene como significado «ver con malos ojos», es la enfermedad del alma, en la que desea obtener lo que tiene el otro ser, y al no poder conseguirlo nos sentimos dolidos e indignados porque lo pensamos injusto.
No se puede ser envidiosos y felices al mismo tiempo. Estar pensando en lo que tienen otras personas, hace que no disfrutemos las buenas cosas y bellas que ya poseemos. Deja de criticar o juzgar a los demás y comprométete contigo mismo a cambiar la actitud por otra que te lleve a ser alegre y gozar lo bueno que los demás reciben.
Olvida de seguir viendo y lamentarse por lo que tienen otros y que tú no tienes, comienza a trabajar para superarte a ti mismo y conseguir tus metas y convertir tus sueños realidad y no desperdiciar tus energías. ¡Aprende a celebrar el éxito de los demás! El que quiere leche, busca su vaca.
"Fallar rápido y mejorar hasta llegar ser excelentes"