Seguramente si nos tomamos 5 minutos en silencio, podríamos rebobinar el tiempo en nuestra mente y volver a cuando teníamos unos 15 o 16 años y recordar aquel primer amor que tuvimos ya sea en la secundaria o un poco después. Ese primer amor con el que siempre queríamos compartir el día, ya sea yendo juntos a ver clases o quedándonos un rato mas después de salir de ellas solo para hablar con Él o Ella, esa persona con la que podíamos hablar por teléfono por horas y horas y no aburrirnos, sino que incluso el solo escuchar su voz nos hacía sentir acompañados, un amor inocente que pudo haber sido nuestro primer beso, nuestra primera persona a la que le dedicamos aquella canción favorita en ese tiempo o que cada vez que nuestros padres o amigos nos preguntaban por Él o Ella nos sonrojábamos y queríamos cambiar de tema. ¿Ya tienes la imagen en tu cabeza? ¿Recuerdas cómo se sentía? pues esa misma sensación es la que tuve al leer el libro de Rainbow Rowell "Eleanor y Park". Esa sensación de amor joven y maravilloso que te hace sentir que tienes que seguir leyendo la próxima página sin despegarte como si de un mensaje de texto de tu primer amor se tratara. Y es que Rainbow sabía exactamente a donde dirigirnos con este libro.



La historia comienza con Eleanor Douglas, una chica pelirroja de cabello crespo con cierta dificultad para interactuar con los demás y un poco "rellenita" para su edad, que comienza a asistir a una nueva preparatoria donde sus compañeros se burlan de ella por su sobre peso y el color de su cabello, inventándole nombres y haciéndola sentir mal con sus comentarios hirientes. Al comenzar su primer día en esta nueva preparatoria, al subir el bus del transporte escolar se encuentra con que además de las burlas de sus nuevos compañeros, sin ningún asiento vacío a la vista, hasta que al llegar casi al final se encuentra con un asiento disponible y con Park Sheridan, nuestro segundo protagonista.



Park es un chico asiático, delgado, no es un chico "popular" pero tampoco es rechazado por los demás, aunque aprecia su soledad y solo le gusta pasar el tiempo con su mejor amigo Cal, hablando de videojuegos y de comics. Ese día como todos los días, iba solo en su asiento escuchando música en su walkman hasta que la chica nueva de la que veía que todos se burlaban se sienta con él. Como de costumbre solo la ignora, pero los días van pasando y Eleanor al estar cansada de ir todos los días sin nada de qué hablar y de solo soportar las burlas decide interesarse en los comics de Park, y empieza a leer sin que él "se diese cuenta", Park obviamente nota la mirada de Eleanor y empieza a pasar las páginas de sus comics más lento para que también ella pueda leer y así de poco a poco, van encontrando temas de qué hablar y van a empezando a conectarse más y más.

Lo bueno que tiene este libro es la manera inmersiva en la que la escritora te presenta los personajes, su narración en tercera persona de los eventos te hace sentir como si fueras uno de los chicos que esta allí sentado en ese autobús viendo como ocurren las cosas, o al lado en un pupitre, o caminando por los pasillos al lado de los personajes. Es una manera de relatar las cosas que no solo te ponen en el lugar de los eventos sino que te hacen sentir las emociones de los personajes, te hacen querer entrar en los momentos de conflicto y les aseguro que conflicto es lo que sobra en este libro, porque así como tiene sus partes "rosas" al mostrarnos ese amor de preparatoria bonito con el que muchos podemos sentirnos identificados y hasta traernos recuerdos de aquella pareja que tuvimos o la que tenemos actualmente. También nos muestra el lado obscuro de las familias disfuncionales, nos enseña que si bien el amor puede ser "puro" e inspirarnos a hacer cosas hermosas y únicas por aquella persona que amamos, también puede llevarnos a acostumbrarnos al maltrato y a llegar a pensar que el amor es complacer al otro y olvidarnos de nosotros mismos, o de nuestros hijos, o incluso de nuestra propia autoestima. Nos enseña que el amor no es algo que se da a todo el mundo sino que se cosecha junto a una persona que quiera compartir el suyo con nosotros.




Además de esto, el libro también nos muestra lo crueles que pueden ser los comentarios de jóvenes o incluso ya de adultos, pues las palabras pueden dañar bastante y nos hace fijarnos en qué les decimos a otras personas, en cómo no juzgarlos por su apariencia, o por ser de un estatus social o por venir de un sitio extraño y tratar de introducirse al mundo al que pertenecemos. Es un viaje a través de todas las dudas e inseguridades de dos adolescentes tratando no solo de entender el mundo a su edad sino también de conocer el amor verdadero por primera vez, cometiendo errores en el proceso. Se trata de ver mas allá de los cuerpos y las caras, de tomar las emociones y pensamientos de una persona y sentirlos propios y enamorarse no solo de su apariencia sino de su ser.



Hay una frase del libro que siempre he adorado, una frase que es mi favorita de todos los libros que he leído, me gusta no solo por la circunstancia en el libro donde aparece, sino también por lo verdadera que es.

"Eleanor tenía razón. No era guapa exactamente. Emanaba algo artístico, y el arte no busca ser bonito, busca despertar tus sentimientos."

Si quieres recordar la nostalgia de tus días de secundaria o de aquel amor que tuviste hace mucho tiempo, o que tienes ahora, de verdad recomiendo que leas este libro, no solo te deja al borde de la silla queriendo leer mas, sino que te deja tantos mensajes de reflexión y referencias de la cultura pop del año en el que transcurren los eventos del libro (1986) que lo convierten en una lectura entretenida y hace que quede entre tu lista de favoritos en seguida. Sin nada más que decirles, se los recomiendo de todo corazón y...