Mi amiga emigró a Perú, y le sucedieron cosas terribles.

Mi amiga tiene 21 años. Estudiaba ingeniería en Maracaibo, trabajaba y ayudaba en casa. Tiene el don de la belleza natural: facciones bonitas, figura envidiable y un cabello liso que caía hasta los glúteos. Me cuenta que pronto después que dejamos de frecuentarnos, inició una relación romántica con un hombre de 56 años (58 este año).

Yo personalmente no la juzgo por eso, por la actividad en el motel o el tiempo compartido con él. Considero que no soy quién para juzgar. Además, soy testigo de que la situación del país ha forzado a miles de venezolanos a corromperse en alma, moral y cuerpo.

Ciertamente, ese tipo de relación es peligroso: su seguridad física, psicológica y social (me refiero a su lugar en la sociedad) eran lo más importante en riesgo, y aparentemente supo manejar el asunto por casi dos años.

Hace meses, me había comentado un amigo que ella etiquetó a un hombre mayor como novio en una publicación de Instagram, pero sinceramente no lo había verificado.

Mi amiga me cuenta que su *sugar daddy* (quien emigraría a USA) le financió su salida del país mediante cientos de dólares, y que también tenía contacto con alguien que le alquilaría una habitación en Perú. Especulo que probablemente por eso escogió ese país.

Su casero (también mayor) intentó acostarse con ella desde el primer día de su estadía, algo que definitivamente no estaba en el trato (no que ella supiera). Él, quien no esperó ni a que la pobre descansara del agotador viaje para intentarlo, la botó más pronto que tarde de su recinto; al darse cuenta de que ella no accedería a entregarse.

Si en la brevedad de mi vida he aprendido algo es que muchos hombres mayores de 40 años tienen severa inclinación a ofenderse. Por alguna razón, cualquier rechazo, respuesta o comentario inocente resultan un insulto en potencia, a su persona y/o a su hombría (aclaro que no es mi intención generalizar ni ofender. Continúo).

Este hombre no contento con dejar a la chica a la deriva, sin lugar donde dormir; se asegura de arruinarle la vida en el Perú lo más posible sin rayar en lo ilegal. Saca un as bajo la manga que nadie se esperaba: fotos desnuda de mi amiga. o .......................................................................

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En efecto, las fotografías no fueron tomadas por él. Su sugar daddy las envió por WhatsApp al casero, en el más vil acto de traición.

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Su jefe, al saber la situación, le ofreció una habitación en su apartamento (¡Gracias a Dios!). Igualmente, no tardaron mucho en desencadenar un romance. Ella dice que él es una persona muy dulce, y que se llevan bien.

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Tirotearon cerca del apartamento donde vivían, una bala entró por la ventana. Los amigos de su jefe/nuevo novio querían ir con demasiada frecuencia a beber licor, así que fue la gota que derramó el vaso. Decidieron cambiar de vivienda.

Alquilaron una habitación cerca de la casa de su suegra. Cuatro paredes muy pequeñas. Ella sale de lunes a viernes a trabajar de 8 am a 9 pm. No desayuna ni cena nada. Dice que en el cuarto no cabe ni un microondas, y que no come nada porque no le alcanza el tiempo, y le desagrada la comida peruana.

Usualmente almuerza arroz y yuca (como única comida del día), ya que le asquea mucho el pollo de allá. Me explicó que no hay carnicerías, sino unas especies de polleras. Ves el pollo abierto, con plumas, con moscas. Te lo entregan rojo de todo lo que lo sazonan ("con las manos sucias"), lo cual le resulta asqueroso y posiblemente malo para ella que es delicada del estómago. Asimismo, la carne allá no existe como la conocemos los venezolanos.

Ella dice que gana bien, por lo cual no me explico por qué viven en esa situación. No se lo dije pero en mi opinión no gana bien, sino que labora dos turnos y así obligado merece al menos dos sueldos. Trabajar dos turnos y obtener dos sueldos no es "ganar bien" para mí, es simplemente tener dos empleos en los que gana lo mínimo.

Le afecta mucho su ambiente laboral: todos la miran mal, sólo esperan a que su jefe se vaya para humillarla. En su tiempo libre entre semana ordena y limpia las pertenencias de su pareja, quien me confesó es muy desordenado.

Tanto sus compañeros de trabajo como la familia de su novio "piensan que es una p*ta", por lo cual no se lleva bien con nadie más. Se siente sola y algo deprimida, y aún no está segura de si regresará o lo intentará en un país nuevo; aunque (como escuchamos a muchos venezolanos confesar) me contó que quisiera regresarse. Creo que se le salió, que por los momentos no lo planea.

Por mi parte le dije que aunque sea pasase por una frutería y comprase una o dos frutas para la mañana y para la noche, para que se vuelvan su desayuno y cena que no tiene que preparar. Que cuando pueda pasar por un supermercado que pruebe los frijoles enlatados, compre cereales, etcétera. Para su estado físico y mental es imperativo que cuide minimamente de sí misma. No tendrá sentido trabajar tanto si colapsará pronto, y pierde tanto peso y tan rápido.

En lo personal (cosa que tampoco le expresé) pienso que descuidarse de esta manera, al punto de no tomar ni un yogurt camino al trabajo, es síntoma de cierta inmadurez y de falta de autoestima. Aunque nos suceda X o Y infortunio en el extranjero, algo que no suelen *pelar* los venezolanos emigrantes es el comer mejor en tierras nuevas, ¿cierto? Le indiqué que deseo que priorice su felicidad, que sea **activa** en los cambios positivos en su vida. Porque en verdad la he notado muy triste, y realmente puede poner un poquito más de su parte en las *acciones*. A pesar de todo, no quisiera que se mantuviera en ese papel algo pasivo por mucho tiempo, porque es insalubre. No es que diga que debe estar feliz cual perdiz, pero apuesto lo que sea a que si desayuna y cena algo se sentirá mejor durante el día.

Pobre mi amiga, en verdad quisiera poder hacer más por ella. A veces pienso que tal vez si no nos hubiésemos alejado, la habría podido aconsejar un poco. Tal vez no le habría pasado todo eso. No es mi responsabilidad, pero no puedo evitar sentir una pinchadita de culpa.

¿Qué necesidad tenía ella de salir de Venezuela de esa manera? Sabemos que una mujer joven, bonita, y sola como ella puede pasar por mucho peligro emigrando por tierra (y en su lugar de destino). ¿Por qué irse del país con tantos factores de riesgo, con un colchón de seguridad tan quebradizo? De todas formas parece que un angelito la ha acompañado hasta ahora. Todo lo que le pasó, en retrospectiva, pudo haber resultado mucho peor.

Sospecho que pudo haber sido por un problema familiar, ya que le pregunté varias veces por sus familiares y desviaba el tema. Tal vez se enteraron sobre su pareja, no lo sé.

Aún así, con los dólares que recibió para viajar, pudo haber resuelto para vivir aquí (en su casa o en una habitación alquilada) hasta culminar la universidad. Pudo haber comprado un buen smartphone para vender *nudes*, como hacen muchas chicas en el país empujadas por la necesidad. Hay modalidad de tener un único *sugar daddy* en el exterior de quien ser cyber pareja, de tener varios clientes pero no mostrar el rostro, etcétera. Esas chicas estudian en los mismos salones de clase que yo. Y repito, no las juzgo. No conozco las goteras en sus techos. De todas formas agrego que además de las mencionadas, hay maneras más humildes y menos osadas de mantenerse vía internet. Igualmente, pudo esperar un poco para irse acompañada, o irse donde tuviera amistades...