Caminando entre Leones. "Capítulo Final" Increible relato lleno de muchos misterios desvelados.

in #spanish6 years ago (edited)

“Caminando entre Leones”

(Capítulo Final)

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E Leones.pngl miedo me invadió, recorrió todo mi cuerpo y se apodero de todos mis sentidos. Timor y Kinsa se acercaban rápidamente junto a la manada, aquella escena era similar a ver a miles de hombres enrumbados a la batalla. El piso temblaba con mayor fuerza a medida que se acercaban.

— Shersa, no sé qué hacer… Solo soy un simple humano. —
Le comenté.

— Tranquilízate. El miedo que brota de ti se intensifica a medida que tu inseguridad se fortalece, ten fe en ti. —
Me recalcó.

— ¿Qué hay al fondo de este precipicio? Se puede observar una ciudad… Pero… ¿Qué representa?... ¿Qué ciudad es? —
Le señalé a Shersa.

— ¿Ciudad, dices? —
La mirada de Shersa era de duda.
— ¿Qué es una ciudad?... Bueno… No hay tiempo para explicaciones. Ya están aquí. —
Enfatizó.

— Pequeño humano. —
Me dirigió la palabra Timor mientras se me acercaba.
— Aquí nos tienes, somos todos los leones que habitan estas praderas áridas, somos legión. Ahora, sé nuestro mesías y guía, encamínanos hacía nuestra libertad. —

— Timor… Solo soy un simple humano, no poseo poderes ni puedo hacer milagros. ¿Qué quieres que haga? —
Lamentablemente cedí ante la imponente presencia de Timor, él se acercaba cada vez más y yo retrocedía con cada paso, alcancé el borde la de la orilla, mi pie trastabilló ante ella.

— ¿Qué vas hacer?... Eso no es mi asunto, ni siquiera quiero pensar en ello. Solo sé que si no haces algo pronto… Tú… Caerás por ahí. —
Me Señaló.

U.pngna voz se hizo notar desde mi interior, una voz que decía:

— Profetiza sobre éstas rocas y di: “Tierra y viento, escuchen mis palabras y formen ante mí un puente, porque el humano con la marca de la libertad está ante ustedes”. —

S leones.pngeguidamente me erguí, firme ante Timor.

— Timor, retrocede. El milagro que tanto has deseado se te será cumplido. —
Le indiqué.

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S leones.pngin dar más explicaciones y sin comprender lo que hacía, giré, y colocándome delante de aquél lugar en ruinas pronuncié las palabras que se me fueron indicadas, cerré los ojos y di un paso al vacío.

A leones.pngcto seguido, una enorme roca se colocó justo debajo de mi pie. Abrí los ojos y contemplé en mi incertidumbre que los milagros existen. Todos los leones comenzaron a rugir y una algarabía hizo presencia, Timor dio la orden a gritos de que todos hicieran silencio y, sutilmente, pero con desprecio, me indicó que me apresurara.

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N.pngo había vuelta atrás, mi suerte estaba echada y a favor. Sucesivamente fui dando un paso tras otro, y de la misma forma, enormes rocas se colocaban debajo de cada una de mis pisadas.

A leones.pngl encontrarme justo en la mitad del camino, volteé, miré abajo, y al verme tan lejos de la orilla y observar la profundidad de aquel precipicio, todo el valor quedó desmoronado ante el preludio de mi destino. Mi cuerpo omitía las ordenes que proporcionaba mi cerebro, caí arrodillado. Mi vista permaneció anclada a ese último tramo del camino.

S leones.pngin embargo, en medio del caos que germinaba dentro de mis titubeantes sentidos, se alzó en mi cabeza, una voz familiar.

— No temas, muchacho. Si te he traído hasta aquí no es para abandonarte, confía. —
Tras aquellas palabras fui tomando el control de mi ser. Levanté la mirada en cuanto pude y la ubiqué en el otro extremo del precipicio, para mi sorpresa, allí se encontraba Spes.

S leones.pngegundos después escuché la voz de Reyven que decía:

— Estoy contigo, hermano. ¡Vamos, tú puedes! —

E Leones.pngntonces, el valor se elevó desde mi moribundo interior, revivió con ímpetu y me entregó el deseo de continuar, reanudé mi marcha.

P.pngara mi desconcierto, a sólo escasos metros del final, algo falló, esta vez no hubo roca que se posase debajo de mí.

L.pnge grité a Spes que debía hacer, y este contestó:

— ¡Salta! Demuestra tu fe, y salta. —

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— Estoy muy cerca como para rendirme. —
Me dije a mis adentro. (Cerré mis puños)
— Lo conseguiré, saltaré. —
Retrocedí varios pasos, tantos como para tomar impulso.
— Lo haré por ti, hermano. Reyven, pronto nos volveremos a ver. —
A continuación, corrí con todas mis fuerzas y llegado al borde, Salté.

E Leones.pngn el momento preciso que mi cuerpo se encontraba en el aire, la marca de mi mano comenzó a atormentarme en una ráfaga de punzante dolor y por extraño que parezca, la cicatriz volvió a abrirse, de ella brotó sangre y de esa sangre se formó el último tramo del camino. Caí tambaleándome delante de Spes.

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M.pngiré atrás, se lograba ver el levantamiento de un polvorín, resultado del caminar de legión, al parecer todos ya venían en camino. Timor, Shersa y Kinsa eran la punta de lanza, se acercaban rugiendo.

— Muchacho, has logrado ser muy valiente, pero debo decirte que estamos en presencia de tu última prueba. —
Me comentó, Spes.

— ¿Y cuál es esa última prueba, Spes? —

— Enfrentarte a Timor e impedir que llegué aquí. —
Me indicó.

— Yo no puedo enfrentarme a eso, Spes. Timor me va a matar en un abrir y cerrar de ojos. No poseo garras y no tengo las fuerzas que ustedes ostentan…—

— Pero tienes valor, esperanza y fe. Y eso, muchacho, puede vencer cualquier obstáculo. Aunque queda otra opción… Rendirte… Y dejar que ellos reinen… Porque Timor, no viene a buscar redención, sino que desea venganza por un mal que el mismo buscó.

No te queda tiempo, decide ya ¿Lucharas o no? —
dijo.

— Si he enfrentado tantas cosas, no claudicaré ahora, afrontaré a Timor. Debo hacerlo, Reyven me espera. —
Le dije.

— El gran y poderoso Spes. —
Dijo Timor, el cual ya se encontraba a unos cuantos metros de nosotros.

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— Hermano, te dije que nos volveríamos a encontrar ¿Dejaras atrás tu odio y reinaras a mi lado? —
Le preguntó Spes.

— ¡Jamás! (La rabia y la cólera se hacían notar en su semblante) Después de cinco milenios me he fortalecido, ahora veras tu muerte a través de mis ojos, her-ma-no. —
Le insinuó, Timor.

S leones.pngeguidamente rugió con una fuerza tan descomunal, que el puente y la tierra temblaban, Spes también hizo lo mismo y el choque de ambos rugidos alertó y detuvo a la manada que venía acercándose por el puente, al parecer el mundo se estremeció.

— Llegó la hora, muchacho, enfréntate a ti mismo, confronta a tu propio deseo de morir y decide si deseas seguir con vida. —
Me espetó Spes.

I.pngnminentemente, todo se resumía en esta última batalla, ya no podía retroceder, hiciera lo que hiciera la muerte me estaba esperando.

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S leones.pngpes y yo corrimos al encuentro de Timor, Shersa y Kinsa. Cerré mis ojos y me entregué a mi destino. Pero algo perturbador sucedió en el exacto momento de comenzar la sangrienta pelea, una intensa luz iluminó absolutamente todo mientras fui elevado por los aires, sucesivamente aquellos animales, empezando por Spes y Timor, como espíritus, entraron en mi cuerpo, luego paulatinamente todos los demás leones, al final una profunda oscuridad se encarnó a mi alrededor. Estaba ante la presencia de la nada.

— Has pasado una larga travesía, pero has madurado considerablemente, tú espíritu ahora posee un valor del que antes carecías. Resguarda ese valor, Nox. —
Me indicó, Spes. Que se mostró ante mí.

— Es hora de que entiendas el por qué estás aquí. —
Dijo Timor, También personificó.

E Leones.pngntonces, ambos mostraron ante mis ojos, una escena. Era justo el momento cuando Reyven y mi persona cruzamos la esquina que nos trasportó a este extraño lugar.

— Veras, Nox… Tú y tú amigo en aquel instante impactaron contra un vehículo de carga pesada, lo que ustedes llaman: “camiones”, el impacto fue tan brutal que ambos llevan inconscientes un mes y medio. —
Me confesó, Spes.

— No, no, no… ¿Qué me estás diciendo, Spes? ¿Qué este lugar es el preámbulo al cielo o al infierno? ¿Qué voy a morir?... si es que ya no lo estoy. —
El desconcierto se incrustó en mí.
— ¿Y Reyven? ¿Cómo esta Reyven? ¿Qué sucedió con él? Dime que no ha muerto, dime que sigue con vida… Por favor. —
Mi lagrimas comenzaron a salir.

— Él aún sigue con vida, eso es debido a ti, a tu promesa. —
Comentó Timor.

—Te explicaré ciertas cosas de nuestro mundo. El sol que nunca emite calor representa la luz del hospital de donde te encuentras, porque sí, yaces acostado en una cama de hospital conectado a varias máquinas. Esa resequedad de tus labios que representa una sed que no sacia, pero que no se intensifica, es gracias a los médicos, ellos te han mantenido a ti y Reyven con vida, pero es el poder de su amistad lo que hará que vuelvan a la realidad. —
Me indicó Timor.

— Todo cuanto has visto hasta ahora fue creado por Reyven y por ti, bloquearon toda realidad y la reinventaron, logrando así darle vida a este increíble lugar. —
Intervino Shersa quien también se mostró.

— Cuando decidieron cruzar el umbral con forma de portón, comenzó el verdadero reto, pues en ese instante sus vidas estaban a un paso de abrazar a la muerte: Fue una operación larga en cuestiones de tiempo, ardua para aquellos que la hicieron. —
Dijo Kinsa apareciendo desde la oscuridad.

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— ¿Qué esto? Ahora resulta que todo este universo es un invento de mi subconsciente. Si eso es así, díganme: ¿Acaso ustedes también son producto de mi imaginación? —
Les espeté.

— Así es, Nox. —
Me indicó Spes dando un paso al frente.
— Timor, Shersa, Kinsa y yo al igual que todos los leones representamos una parte de ti. Timor, Shersa, Kinsa y los demás leones simbolizan el miedo, la desesperanza, la tristeza, el rencor, el odio, el orgullo, la desesperanza y la muerte. Yo por mi parte represento la esperanza, la confianza, la fe, el amor y la vida. Pero todos somos… Tú. —

— Recuerda, Nox, somos parte de ti, cuando necesites de nosotros esteremos contigo. —
Me indicó Timor.

—Llegó la hora, muchacho, la hora de decir… Adiós. —
Prosiguió Shersa.

— Vuelve a tu mundo y demuéstrales a todos lo fuerte que eres. —
Me dijo Kinsa.

A leones.pngcto seguido, los tres leones rugieron con fuerza, destrozando así, la oscuridad. Abrí mis ojos, estaba al borde del precipicio y esta vez sabía qué debía hacer.

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L.pngas nubes se abrieron y dejaron que admirara desde lo alto la ciudad de valencia/Venezuela, mi amada tierra. Inmediatamente me dejé caer y en medio de aquella caída fui abriéndome paso entre recuerdos de lo experimentado, pero de lo no vivido; la historia detrás de lo que realmente ocurrió estando en este mundo.

E Leones.pngn esas escenas vi a mi madre llorar en profunda agonía, a mi padre caminar de un lado a otro preparándose para lo peor, mis hermanos iban y venían tratando de encontrar los medicamentos que solicitaban los médicos, porque era y es una increíble odisea encontrar medicamentos.
Observé a Reyven entrar en el quirófano y entonces, sentí un gran dolor que recorrió todo mi cuerpo, no podía moverme, poco a poco fui abriendo los ojos (los apreciaba muy pesados al igual que a mi cuerpo) terminé de abrirlos y una luz intensa se fue clareciendo, aquellos leones habían tenido razón, me encontraba en un hospital.

I.pngntente mover mi brazo derecho, solo mi mano reaccionó moviendo sigilosamente el dedo índice. Miré a mi izquierda, el cuerpo de mi madre yacía reposado en mi camilla, ella dormía agarrando afectuosamente mi mano. Intenté darle un pequeño apretón para hacer sentir mi presencia en este inexorable mundo, lo conseguí, mi cuerpo estaba reanimándose, mi madre levanto su mirada soñolienta y al verme despierto reventó en llanto, se lanzó sobre mí, me abrazó, me besó la frente, las mejillas y las manos, le daba la gloria a Dios por haber despertado.

L.pnge hice señas para que me sacaran el tubo Endotraqueal que estaba introducido en mi boca y que sentía llegar hasta el estómago, ella salió corriendo en dirección a la puerta de la habitación y desde allí, llamó a gritos a las enfermeras para que vinieran a auxiliarme, a la brevedad llegó una de ellas, y terminó por desconectarme de todos los aparatos, según ella, yo ya estaba bien y en viento en popa para mi recuperación total.

— Bienvenido nuevamente, señor Nox. Duró bastante alejado de su familia, enhorabuena a despertado. —
Agregó la enfermera.

— Gracias. —
Le dije.

M.pngi voz apenas se lograba escuchar, me costaba poder articular las palabras.

— Madre, ven, acércate, deseo decirte algo con urgencia. (Ella se acercó y posó su oído cerca de mi boca) Te amo. —
Ella me abrazo y al instante volvió a llorar. Pero sabía que sus lágrimas eran de felicidad.

— Yo también te amo, hijo. —

— Dime, Madre, ¿Dónde está Reyven? ¿Cómo está? Deseo verlo. —
Le indiqué.

— Él se encuentra en la habitación adjunto, aún no despierta… Sus padres… Temen lo peor. De los dos… Él fue el que salió más lastimado. —

— Madre, necesito verlo, llévame hasta donde él se encuentra. —
Temí que, si no hablaba lo más pronto con él, lo perdería.

— Descuida hijo, déjame que llame a tu padre y a tus hermanos para darles las buenas nuevas. Voy y vengo. —
Y cerrando la puerta salió junto con la enfermera.

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N.pngo podía esperar ni un segundo más, debía hablar con Reyven. Le di la orden a mi cuerpo para que se pusiera de pie, la sensación era como tratar de mover toneladas en peso macizo, después de varios intentos, lo logré.

D.pngar cada paso se convertía en una increíble labor, para mi suerte podía apoyarme del Tripie donde estaba guindado la bolsa de suero, abrí la puerta, y comencé a caminar por el pasillo, a duras penas, apoyándome aquí y de allá, recostándome de la pared, por fortuna no había nadie.

L.pnglegué a la habitación adjunto y entre, el impacto visual fue desgarrador, Reyven estaba realmente grave, podía ver muchas partes de sus huesos fracturados y enyesados, múltiples hematomas rodeaban su piel. Mi corazón se acongojo y un sentimiento de culpa germinó en mi razón. Rompí en llanto.

M.pnge acerqué, pero las desgracias se intensificaban con el transcurrir de cada segundo, debido a que fijando mi vista en la máquina que registraba el pulso de Reyven ésta mostraba una línea recta, lo que me daba a entender que había malas noticias. Reyven para el dolor de mi alma yacía inerte, muerto ante mí.

M.pnge abalancé sobre él convertido en lágrimas, mi llanto no cesaba. No importando mi estado de salud, empecé a gritar, a pedir auxilio, una enfermera escuchando mis suplicas se internó en la habitación, le dije que algo andaba mal, ella se percató de la situación, salió apresurada en busca de un doctor.

A leones.pngl instante mi madre, la enfermera y un doctor hicieron presencia. El doctor dio la orden de sacarme, yo forceje con la enfermera y en contra de mi madre, las cuales me sujetaron con fuerza, mi cuerpo cedió debido a mi frágil condición, ellas lograron su cometido.

Y.pnga a las afueras de la habitación mi madre y varios enfermeros me sostenían, yo forcejeaba hasta donde mis fuerzas me alcanzaban.

— Spes, Timor, Shersa y Kinsa ¡Ayúdenme! Ustedes dijeron que Reyven seguía con vida. —
Dialogaba dentro de mí.

— Cuando nos necesites allí estaremos, sólo debes creer. —
Me respondieron.

M.pngomentos después, todo mi cuerpo recobro fuerzas, las necesarias para lograr zafarme de mis captores.


Reyven no solo era mi mejor amigo, era el único que tenía y para mucho más, era mi hermano.


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L.pnglegué nuevamente a la habitación de Reyven, empujé la puerta, el doctor ya casi venia saliendo, lo tropecé, logré abrirme paso entre él y las enfermeras, pero la sorpresa de ver a Reyven envuelto completamente en sábanas me destrozó totalmente.

C leones.pngorrí hasta él, le quité la manta que cubría su rostro, un dolor atenuante se encarnaba desde mis adentro estallando en un sin fin de lágrimas; lo abracé.

— ¡Hermano, no me puedes dejar aquí! ¡Tú no, Reyven, te lo prohíbo! ¡Debes volver! ¡Maldita sea! No puedes morir así nada más, tú no. ¡Hicimos un pacto! —
Sin medir mis actos, lo sujeté de los hombros y lo comencé a mover, como buscando que despertara de un sueño profundo.
— ¡Un pacto reyven! ¡Un maldito pacto! ¡Lo juramos! ¡Lo juramos, Reyven! —

E Leones.pngl doctor me sujetó con fuerza y logró soltarme del cuerpo de Reyven, me llevaba a rastra a las afuera de aquella lúgubre habitación.

— ¡Spes… Timor…! ¡No lo pueden dejar morir! —
Grité con todas mis fuerzas, inundado en lágrimas.

S leones.pngorpresivamente el tiempo se detuvo y todo a mi alrededor se volvió Luz.

— ¡Hermano, sabía que volverías, sabía que cumplirías tu promesa! —
Reyven me abrazó, envuelto lágrimas.

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— Jamás te dejaría, hermano… Jamás. —
Lo abracé con un gesto intenso de cariño.
— No te abandonaré, volvamos a casa… Todos te estamos esperando. —
Y, fijando la mirada detrás de Reyven estaban los protagonistas de esta historia: Spes, Timor, Shersa y kinsa.

Les dije articulando mis labios:

— Gracias. —

— Fue un placer, muchacho. —
Se desaparecieron.

V.pngolví a la escena cuando el doctor por segunda oportunidad me trataba de sacar de la habitación, pero esta vez, Reyven abrió los ojos y moviendo uno de sus brazos, dijo:

— Nox. —

— ¡Reyven! —
El doctor me soltó y salí corriendo en dirección hacia él. Lo miré y dije:
— Bienvenido a casa Hermano. —
Lo abracé.

Fin

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firma.png


Lector:

Gracias por el tiempo dedicado al leerme, fue una aventura llena de muchos sentimientos.
Esta historia fue tomada de un sueño que tuve (Los leones) y un accidenten (El de la bicicleta) hace varios años atrás. Aunque siendo sincero exageré en algunos detalles para darle más emoción. Mis disculpas por ello. Sin embrago me siento muy agradecido de que me hayas acompañado en cada palabra y frase expuesta en este relato. Gracias Totales.

Feliz día, tarde o noche.

Hasta la próxima Aventura.

Sayonara

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Todo el contenido es 100% de mi autoría.
Apoyando el contenido original.


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La fuente de la imagen del león es de Pixabay por consiguiente de libre uso.

Sort:  

Me gustó mucho. Es el primero que leo, pero definitivamente me gustaria leer los demás. Un saludo, vamos a leernos mutuamente.

Gracias, claro que sí. Es un gusto saber que gustó mi relato.

Estuvo intensa, no podía dejar de leer ni una palabra. Fue un giro inesperado cuando se develó lo del accidente... en fin, cautivadora historia. Felicidades.
Saludos

Gracias, por tus palabras, linda. En realidad fue algo así lo que realmente sucedió, pero lo importante es que de toda experiencia podemos sacar una buena historia. Mil gracias.

Gracias por su apoyo y ayuda, en verdad es un placer escribir para ustedes, pronto estaré publicando la siguiente parte de conversando con el demonio.

Me encanto tu relato, es el primero que leo, un abrazo

Gracias, totales. en verdad es un verdadero placer.

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Hola amigo, cómo ha estado, espero se encuentre bien pese a todos los problemas que se suscitan día a día en nuestra amada Venezuela...