Un camino, miro a mi lado, y veo que no estoy solo, a mi derecha un fiel compañero, caminamos al mismo tiempo, en total sincronía, ninguna toma ventaja, pues nos encontramos en perfecto equilibrio, era mi amigo, pero, ¿quién era él?

Llevamos años transitando este camino y hemos superado desde suaves brisas hasta tormentas eléctricas, Tuve el valor de mirar hacia atrás, los cadáveres de mis días marcan mi camino y les voy llorando, por un momento siento que me desmayo y creo que me saldré del camino, pero en mi compañero consigo el apoyo necesario para mantenerme en pie.

Quizás nuestro camino termine algún día, o uno de los dos lo abandone, pero por ahora somos una unión que aunque no se vea, nada lo corrompe, apoyo incondicional, que cada paso me ayuda a dar, risas, historias, ocurrencias acompañan nuestra travesía, es lo que alimenta nuestro día a día.

Vemos el amanecer, así como el anochecer, pues de otra manera no podría ser, en este rocoso camino fuerte hay que ser, fácil no es, pero imposible no, ya que juntos nada es imposible, espero algún día alcancemos esa luz que todos los días nos rodea, una a la que algunos llaman sol, dos veces al día por el horizonte más de el estamos, espero mañana podamos alcanzarlo.