Reflexión Político-Social, Mayo 2020. II Parte

     Mientras no hubieron declaraciones o hechos en contra, la vuelta al socialismo en Rusia era algo que habría de ocurrir por necesidad tanto por la limitaciones del capitalismo, como porque ya había habido la experiencia en ello; más aún, que el Presidente de Rusia, el exdirigente de la KGB, algo por definiciòn de fidelidad al socialismo, era Vladimir Puntin. Igualmente, mientras no hubieran hechos en contra, tenía que confiarse en que el acuerdo del XV Congreso del Partido Comunista Chino de 1997, de tomar la decisión de volver o no al socialismo para el 2050, sería, por simple razón histórica, algo favorable al socialismo.

     Pero, no pudiendo ser algo casual, sino un desarrollo sistemáticamente planeado a la predictible vista del derrumbe del orden capitalista, los grandes burgueses comenzaron a hacer ajustes a partir de 2015; a lo que luego correspondió hacer a Rusia con la declaración de Putin de la “imposibilidad de la vuelta al socialismo” (2018), y a China, con la quiebra sistemática de su Banca principal entre enero y marzo de 2020, su “rescate” no para estatizarla, sino para posibilitar el ponerla en manos del capital privado internacional pudiendo adquirir ésta hasta el 100% de acciones, reformando su Constitución Política el 27 de ese último mes para tal efecto, y ejecutando todo ello a partir del 1º de abril (2020); con lo cual se daba ya el acto fehaciente de abjuración al socialismo, discipándose, finalmente, toda esperanza de ello desde una posibilidad de Estado. Con ello, la actual situación de crisis del capital, no es, como erróneamente lo veíamos, del capitalismo en su conjunto, en forma monolítica, sino una crisis que revela la lucha entre dos grandes facciones capitalistas oligopólicas internacionales en una contradicción particular cuya magnitud desplaza aún a la contradicción histórica principal; por lo que, por lo tanto, este momento histórico no corresponde aún –como lo llegamos a creer–, al paso a la ofensiva del proletariado en una lucha directa por el socialismo, sino a una contradicción interburguesa en donde el proletariado ha de continuar en la resistencia, en una lucha por la democracia popular.

     El punto esencial en la interpretación con el nuevo esquema, radica en que aquí desaparecen esas envolturas de los países y los Estados e incluso los personajes, como puntos de partida en la interpretación; aquí carece ya de sentido hablar de Estados Unidos, o de China, o de Rusia; de Trump, de Putin, o de Xi-Jimping, no obstante no pudiendo omitirse la lucha de las ideologías y la contradicción histórica principal, aún subyacentes.

     Visto así, se hace posible entender que, paralizado el sistema económico, entre ellos se desencadenó ya una guerra a muerte buscando resolver el problema con una nueva recomposición de capitales, en donde la humanidad no sólo está en medio, sino que es un objetivo a destruir en los intereses, por lo menos enfáticamente, de una facción de esos capitales oligopólicos. En la jerga del ámbito de la “Gran Conspiración” (explicable, pero paradójicamente, con influencias aún del esquema de la Guerra Fría), es la guerra que aún limitadamente se entiende entre Estados y con personajes, entre la “Alliance” (Estados Unidos, Brasil, Rusia, en una posición autodenominada “patriótica” o “nacionalista”, que pretende un “capitalismo social”); y, la “Cabal” (la “conjura” o la “conspiración”, por un “Nuevo Orden Mundial”, “NOM”), que implica una extremización del capitalismo imperialista neoliberal; formada –según las fuentes– principalmente entre China, el Vaticano, Canadá, México, India). Evidentemente el problema no es entre dichos países y sus representantes, sino, haciendo más difícil el análisis, entre los capitales radicados ahí, incluso sólo momentáneamente, y que guardan una posición dada en la correlación internacional, por lo que, visto con la lente de “los Estados o los personajes”, de pronto parecieran estar de un lado y de pronto en el contrario. Es el caso, subrrayadamente, de personajes como Xi-Jimping o Putin, e incluso del mismo Rothschilde o el papa; o, hablando de Estados, como en el caso de China o de México e India.

     Esa “Alliance” y esa “Cabal” conceptual y realmente existen, pero como la encarnación de intereses de los grandes consorcios capitalistas oligopólicos internacionales (sin patria, como diría Marx, sin país ni Estado). Y ello hace aparecer un hecho paradójico curioso: el que hay que estar con los “malos”, pero porque los otros son peores; o, es decir, donde los “buenos”, que responden a los intereses del proletariado con los que se establece una tácita alianza, son los de la “Alliance” con Trump a la cabeza; pero, evidentemente, si esos son los “buenos”, entonces hay que imaginar la naturaleza del los “malos”, los conspiradores de la “Cabal”, con los Clinton, Soros y Bill Gates a la cabeza; allí, ciertamente, la perversión de éstos, como ha salido a la luz entre abril y mayo de este año con el rescate de más de 50,000 niños secuestrados en túneles secretos en Califirnia, Florida, Nueva York y una pequeña isla privada de las Bahamas al oriente de Puerto Rico, perteneciente al pederasta Jeffry Epstein (detenido en 2014, luego liberado, y nuevamente detenido a mediados de 2019, y al cual se le encontró “suicidado” en su celda en agosto de este último año), para, aterrándolos, obtener su sangre con adrenalina (“adrenocromo”) y usarla como droga estimulante; revelándo todo ello la profunda descomposción de la clase burguesa hasta la pérdida de la noción de lo humano, en donde, como ha quedado al descubierto en esta guerra en que se ponen en evidencia unos a otros, el caso de la secta NXIVM descubierta en México con el marcado a hierro de las mujeres como esclavas sexuales, sus integrantes, hijos y sobrinos de los expresidentes de México Miguel de la Madrid, Salinas de Gortari, y Vicente Fox o de empresarios como el dueño del periódico “Reforma”, es una ingenuidad, comparada con lo que ha ocurrido por muchos años con la burguesía capitalista oligopólica de la sociopatía de la “Cabal”.

     Esa contradicción interburguesa es ahora mismo un antagonismo a resolverse en una guerra en toda forma, que se presenta como la transformación de la guerra comercial en guerra armada (donde las armas son incluso biológicas), si bien, hasta el momento de redactar estas líneas, una guerra cuasi secreta; precisamente de la que sólo han dado cuenta ciertos canles de la “Gran Conspiración”, en la que el deliberado ataque biológico que ha provocado la pandemia sólo ha sido el inicio de este conflicto, precisamente para contribuir a ocultar lo que en realidad está ocurriendo, aparte de ser un elemento de la estrategia de la “Cabal” para el control social en su objetivo por el “Nuevo Orden Mundal”; guerra secreta que se da –a decir de dichas fuentes no “oficiales”– como con la introducción de un gran contingente de tropas de EU a túneles subterráneos en donde están teniendo lugar combates (incluso, abusando de la “información” de nuestra parte, de combates con seres de otras civilizaciones extraterrestres que han pactado con la “Cabal”; es decir, nosotros “estamos bien”, sólo estamos tomando la información de etos sitios), parte de lo cual se atribuye como causa del reciente sismo de 6ºR percibido en California, Nevada y Nuevo México, con epicentro en el “Área 51”, la famosa Base Militar secreta con supuestos alienígenas, que hubiera sido estallada [bueno, advertímos que este es el problema a digerir de esa información “no-oficial”, y sólo consideremos de momento su posibilidad]. E, incluso, con la intervención de un comando especial de EU en el Vaticano estableciendo la captura, ya de Benedicto XVI acusado de complicidad de pederastia, o, a su vez, de Francisco (con otras cosas de ciencia-ficción que aquí ya de plano omitimos). Parte de todo lo cual muy seguramente sea la febril actividad golpista que se está dando en México, de una derecha que, así como integrante de “NXIVM”, por definición formaría parte de la “Cabal”; exactamente con la situación inversa en Brasil. Si todo esto es cierto, consideremos entonces por un momento la magnitud del problema de la situación actual; de quién está con quién y de qué lado quedamos.

     No obstante, la verdadera solución a las necesidades actuales de la humanidad, no está en el triunfo de una u otra facción capitalista, por más que la “Alliance” hable incluso de un “capitalismo bueno” en forma de un “capitalismo social” (y, desde luego, menos aún en la naturaleza perversa del extremo del neoliberalismo en el “Nuevo Orden Mundial” de la “Cabal”). Pero he aquí que, como algo que no esperábamos, la sociedad habrá de pasar, en una lucha aún de resistencia por una democratización popular, como de hecho ya lo está haciendo, por la solución de esa contradicción particular antes de enfrentar en la ofensiva de su iniciativa histórica, final y directamente, la solución a la contradicción histórica principal (y todo esto, sin considerar la intervención extraterrestre, porque si esta es cierta –y en mi opinión, es posible dado el hecho ocurrido entre el 9 y 10 de abril de la perturbación de campo magnético terrestre, que ahora se revela que fue por la aproximación de una gigantezca nave, de magnitud planetaria, que puede verse en las imágenes de archivo de los satélites SOHO y Stereo–, la solución tendría, evidentemente, una naturaleza más compleja).