Existe una estrecha conexión entre las bacterias gastrointestinales y el cuerpo humano, ya que el correcto funcionamiento del anterior está directamente relacionado con la salud de la población bacteriana, cuyas actividades metabólicas tienen reacciones y consecuencias a nivel local (por ejemplo en la mucosa intestinal) ó sistemático.

1.- Efectos locales: una población sana de ácido láctico produce bacterias “buenas” que desempeñan actividades metabólicas benéficas, su existencia frecuentemente pasa inadvertida; mientras que las “malas” pueden manifestarse con diarreas y en casos severos colitis u otros trastornos. Estudios realizados en animales demuestran que las bacterias benéficas pueden prevenir el cáncer, especialmente de colon.

2.- Efectos sistemáticos: las bacterias pueden generar subproductos benéficos, por ejemplo vitaminas, enzimas, ácido láctico, antibióticos, proteínas, e inclusive aminorar otros como toxinas cancerígenas. Los derivados antes mencionados favorecen al sistema nervioso central, vasos sanguíneos y tal vez hasta evitar la formación de tumores en varios órganos.

La producción de los mismos depende del tipo de bacterias que colonicen el tracto gastrointestinal, donde el cuerpo humano alberga más de 400 especies bacterianas. Cuando la población de estos organismos “buenos” es mayor, pueden suprimir a los “malos”, además de mantener sana la flora intestinal.

¿CÓMO INFLUYEN LAS BACTERIAS PARA EVITAR EL CÁNCER, ESPECIALMENTE DE COLON?

A lo largo de más de 20 años se han realizado investigaciones, tanto en personas como animales, que demuestran las capacidades de las bacterias para evitar el crecimiento de tumores a través de diversos mecanismos, como:

• Conversión metabólica, degradación, absorción de compuestos cancerígenos.
• Reducción en el nivel de enzimas bacterianas fecales
• Estimulación del sistema inmunológico.

Ciertos tipos de bacterias y productos lácteos cultivados juegan un papel proactivo en el cuerpo, por ejemplo, muchas bacterias benéficas producen lactato, el cual disminuye los niveles de pH en colon, lo que inhibe el crecimiento de agentes patógenos, ayudando así a la salud intestinal.

Por otro lado, cuando las bacterias benéficas combaten con bacterias patógenas para acaparar recursos, se obtiene como resultando la reducción de metabolitos tóxicos producidos por los agentes patógenos.

Mediante estudios, principalmente en ratas, a unos grupos se les suministró el complemento de lactobacillus acidophillus y se comparó con otros a los cuales no se les dio el suplemento. Entre las conclusiones a las que se llegaron se encuentran:

• Se excreta menos sustancias productoras de cáncer cuando se ingiere el suplemento
• Las bacterias benéficas pueden retardar la aparición del cáncer
• También impiden la expansión del Cáncer
• Se mostró una reducción en la proliferación de tumores. Lo anterior coincide con otro grupo de investigadores que observaron la potente actividad antitumoral que posee lactobacillus bulgaricus.

En roedores que tomaron leche materna fermentada con acidophilus, el crecimiento de tumores experimentales se inhibió, pero sólo a los animales a los que se les administro la bacteria antes del crecimiento del tumor. De manera parecida, el lactobacillus casei evitó el crecimiento de éstos en ratones.

Por otro lado, estudios en seres humanos arrojaron que algunas bacterias patógenas producen enzimas que pueden convertir sustancias inofensivas en el intestino en compuestos causantes de cáncer.

ANTIBIÓTICOS, INFECCIONES INTESTINALES DIARRERAS, INFLAMACIÓN DEL COLON (COLITIS) Y ESTREÑIMIENTO.

Entre los efectos secundarios de los antibióticos, se encuentran las diarreas, ya que los anteriores eliminan tanto bacterias buenas como malas, dejando al cuerpo vulnerable. Gotz y sus colegas suministraron lactobacillus en algunos pacientes y observaron una reducción en el índice de diarrea causada por antibióticos. En personas tratadas previamente con antibióticos, la flora intestinal benéfica se recolonizó más rápido que aquellos que recibieron un placebo; además, en los grupos que ingirieron lactobacilos, se disminuyeron las resistencias a los antibiótico en comparación a los que recibieron placebos.
De igual forma, estudios en animales indican que las bacterias benéficas pueden proporcionar protección contra infecciones a veces mortales, tales como aquellas que causan colitis fatales asociadas con antibióticos.

Por otro lado, entre las diarreas más incómodas se encuentran las que afectan a los viajeros. Al respecto, experimentos realizados en Egipto, mostraron que tomar una cápsula de producto que contiene lactobacillus, acidophilus y lactobacillus bulgaricus en cada comida, protege de manera significativa contra la diarreas, mientras al ingerir placebos se presentaron un 50% más.

En el caso de los bebes, las bacterias de ácido láctico ya están establecidas en los intestinos de los recién nacidos y resultan indispensables para su salud, porque ayudan a los niños a resistir las infecciones gastrointestinales con diarrea, provocadas por bacterias patógenas.

Durante un estudio realizado por Zychowicz y sus colegas, donde a 31 niños polacos que padecían de diarreas, por salmonella ó shigella, se les suministró leche acidophilus. Se obtuvo como resultado que los síntomas desaparecieron en un 43% en los niños con infección por salmonella y 67% en los que tenían shigella. También se observó que el consumo continuo de leche acidophilus eliminó por completo la diarrea en todos los niños. Así mismo, otro estudio que llevó a cabo Niv y sus colegas utilizaron yogur para tratar bebés con diarrea, la cual duró 50% menos que los casos tratados sólo con antibióticos.

Las investigaciones también demuestran que los prebióticos pueden ayudar a aliviar el estreñimiento entre otros padecimientos gastrointestinales.

INMUNIDAD Y RESISTENCIA ANTE ENFERMEDADES

Ha sido comprobada mediante diversos estudios la función proactiva de las bacterias benéficas para incrementar la inmunidad y resistencia frente a las enfermedades. Animales experimentales, que tenían una microflora inadecuada en el intestino ó habían sido tratados con antibióticos, fueron comparados con otros que poseían una flora intestinal intacta.

Los del primer grupo fueron mucho más susceptibles de contraer infecciones, porque la condición facilita a los agentes patógenos que provoquen enfermedad e inclusive la muerte. Este hecho fue dramáticamente demostrado en un experimento en el que sólo 10 células de bacterias de salmonella fueron suficientes para matar a un conejillo de indias que tenía una inadecuada microflora intestinal, cuando se requirió alrededor de un billón de células patógenas para matar a un animal cuya microflora estaba intacta.

La flora intestinal benéfica brinda protección al intestino contra la colonización de patógenos como clostridium difficile, clostridium botulinum, E coli, salmonella, shigella, pseudomonas y candida albicans. De igual forma, pueden incrementar las defensas inmunológicas del cuerpo; por ejemplo, el lactobacillus casei, estimula a las células cuya función principal es la de destruir a las células tumorosas. Otras que también mejoran la respuesta inmunológica son lactobacillus acidophilus, lactobacillus helveticus y bifidobacterium longum.

INDIGESTIÓN PROVOCADA POR INSUFICIENCIA DE LACTASA

En algunos individuos, las células que existen en las paredes del intestino delgado no producen lactasa, la enzima que digiere la lactosa (azúcar de la leche); resultando lo anterior en una intolerancia a la lactosa, caracterizada por diarreas, flatulencias, inflamaciones y molestias abdominales después de ingerir leche u otros productos lácteos.

Los síntomas antes descritos no se presentan en individuos que han consumido yogur y otras leches fermentadas. Lo anterior es porque los lactobacilos utilizan la lactosa en su producción de ácido láctico, por lo anterior, las leches fermentadas contienen menos lactosa que las no fermentadas. Adicionalmente, los lactobacilos pueden producir enzimas responsables de la descomposición de lactosa.

CONDICIONES NUTRICIONALES

Para finalizar mencionaremos que los lactobacilos mejoran la habilidad del organismo para aprovechar los alimentos. Gran cantidad de estudios con animales han demostrado que, los alimentados con productos fermentados con lactobacilos; tales como el yogur, kéfir, leche fermentada y suero de leche cultivada; crecieron más y utilizaron mejor los nutrientes de sus alimentos, en contraste con los animales a los cuales se les suministró productos lácteos no fermentados. Los productos lácteos cultivados poseen más vitaminas y minerales específicos, así como un mayor número de proteínas y carbohidratos dirigibles. Los lactobacilos, por ejemplo, producen vitaminas B y enzimas, las cuales contribuyen a la descomposición de proteínas, grasas y lactosa. Además la biodisponibilidad de calcio, zinc, hierro, manganeso, cobre y fósforo es más alta en el yogur que en la leche.

Fuente: https://www.dusvie.com/descarga/reporte_bacterias.pdf

Información sobre el suplemento Acidophillus: https://www.dusvie.com/productos/Acidophilus_Plus.html