Esta todo bien si no hubiera guerra.
Como en la tristeza y en la alegría,
El amor de Cristo calienta nuestras almas.
Y me estaba derritiendo como la nieve.
¿Por no hablar de amar al enemigo?
Regalos de oro de la naturaleza.
Silencio la respuesta a mi pregunta se esconde.
Completado, y estaré desconsolado.
Y la niña desapareció en el desierto tranquilo.
SÃ, pero no hables de nosotros, porque claramente tú eres una máquina.