Muy buena analogía la del jardín, cada momento vivencia que tenemos es como una semilla que cae y de ahí nace un recuerdo oculto que muchas veces no sabemos que ha nacido. Lo que pasa es que a veces descuidamos en que no todas las mentes son iguales (como cada jardín), cada instante que vivimos puede ser muy distinto dependiendo de la persona, una semilla puede plantarse en diferentes jardines pero en una puede salir de una forma y en la otra salir diferente o incluso no salir. Eso nos demuestra que todo depende al final de nosotros mismos, como bien dices, somos los escritores de nuestro destino (o los jardineros ;))
Un saludo!