Preámbulo a los conceptos de religión

in #spanish6 years ago (edited)
Amigos en Steemit:

El término Religión es un término confuso y delicado de tratar; antes de adentrarnos en él es necesario ubicarlo en el campo de los estudios científicos. De eso trata este post hoy.

Agradezco de antemano su lectura.

Dos posiciones sobre la realidad

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A lo largo de la historia de la modernidad el par ciencia-religión se ha presentado, la mayoría de las veces, como una relación de conceptos opuestos, dirigidos a dar versiones diferentes de la realidad.

Asociado al interés de nuestra época por el tema sobre la duda de la pertinencia de la racionalidad científica, legado de la modernidad, encontramos la propensión a establecer nuevamente la discusión acerca de la validez del pensamiento religioso.

La realidad a la cual alude la racionalidad científica fue comúnmente catalogada como objetiva, mensurable, verificable…; el campo cerrado de las ciencias con sus múltiples parcelas; al otro lado de ese delimitado campo comienza un área imposible de tratar con los conceptos de la ciencia: el espacio de lo sagrado, coto de la religión.

La esfera de la religión, la relación con los dioses, con lo ilimitado, es un espacio de lo extraño, lo inconmensurable, lo imposible de reproducir, lo otro, das andere, en la conocida frase de Rudolf Otto.

Inicialmente reservado a la exégesis religiosa, a los primeros hermeneutas, el ámbito de lo religioso se convirtió en campo de análisis de principal importancia para las ciencias humanas.

La historia de la sociología, particularmente, se constituye, en gran parte, en la interpretación de los problemas históricos y en la interpretación de los efectos de lo religioso en la vida social. La acción religiosa es entendida por los teóricos de las ciencias del hombre como el signo inequívoco de lo social.

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Con la entrada de la modernidad se instituye la idea de la existencia de un mundo dominado por el conocimiento científico, un mundo racional, lógico, previsible, en progreso. En este mundo no existiría cabida para lo religioso. Sería un mundo laico, secularizado, sin sacerdotes y sin interpretaciones de otro origen que no sea el científico. Un mundo que se constituye sobre la premisa de la muerte de Dios y el surgimiento de un nuevo tipo de culto; el culto a la persona humana, en su racionalidad, en los ideales de la modernidad.

La ciencia: ¿un nuevo culto?

La idea del nacimiento de un nuevo tipo de culto, sustentado en este tipo de ideales, ha sido considerada por algunos teóricos en el entendido de que podemos catalogar como religiosos infinidad de fenómenos sociales que se amparan en un concepto general de religión, como el concepto introductorio que nos ofrece Durkheim, quien concibe el fenómeno religioso como un "conjunto de ideas y prácticas sociales dotadas de una autoridad específica, cualquiera que sea el origen que esta autoridad tenga".

De acuerdo con Durkheim ese conjunto de creencias y experiencias constituye lo esencial de la religión, el resto de sus elementos (templos, sacerdotes, símbolos y ritos) no constituye más que su parte externa. Desde esa perspectiva la existencia del proceso de cambio necesario para que se realice el paso de un mundo encantado a uno desencantado no evidencia sino la sustitución de un tipo de religión por otro.

La necesidad de secularización, así como las demás características de la ciencia -orden, afán clasificatorio, lenguaje críptico, confianza absoluta en los productos científicos, etc.- constituyen los elementos externos que acompañan este tipo de expresión religiosa y que la caracterizan en el tiempo; forman lo que los teóricos de la religión denominan dogmas y rituales.

Alrededor de las creencias en los productos de la ciencia (dogmas) y de los hechos sociales asociados a esa creencia (rituales) se constituyó un tipo de discurso social donde se expresó la necesidad del tiempo de participar en una visión de mundo cuyo centro estaba establecido por la idea de que la verdad sólo puede estar bien representada si lo es a través de la forma del lenguaje científico.

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Esta forma de pensamiento, la discursividad científica, direccionó el trabajo de los estudiosos de las diferentes disciplinas al punto de constituir estructuras paradigmáticas de obligatorio cumplimiento, como nos señala Thomas Kuhn en su libro La estructura de las revoluciones científicas. Esto sucedió no sólo en las comúnmente consideradas “ciencias duras” donde aparentemente pueden aplicarse los requerimientos científicos: objetividad, verificabilidad, confiabilidad, etc., ocurrió también, en un principio, en las llamadas ciencias del espíritu. La constitución de la escuela positivista en el área de las ciencias sociales en la mejor expresión del intento de entender lo humano a partir de la metodología científica y la renuencia a buscar explicaciones de lo no observable a simple vista.

Lo inconmensurable como fin científico

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La labor ulterior de las ciencias sociales puede representarse, desde nuestro punto de vista, como la intención de encontrar explicaciones para el comportamiento humano, tanto en lo observable a simple vista - como lo hace el positivismo- como en los aspectos constitutivos de la humanidad: los intereses en el caso del marxismo, lo subconsciente en el caso del psicoanálisis, lo esencial en el caso del estructuralismo, la intencionalidad en el caso de la fenomenología, para mencionar los más importantes modelos de aproximación. En el caso de la teología y de las disciplinas sociales que abordan el fenómeno religioso, (la sociología, la antropología, la psicología) se privilegia la relación con lo divino.

Visto desde otro punto de vista, las perspectivas anteriores constituyen visiones acerca de cómo son entendidas las acciones humanas desde una aproximación que privilegia, para el análisis, el entendimiento de lo espiritual por sobre la manifestación visible del accionar social.

¿Qué es la espiritualidad?

Consideramos que la idea de lo espiritual no ha cambiado sustancialmente en las ciencias humanas desde que Georg Hegel utilizó el término para describir la experiencia de la conciencia universal, de la forma pura de la racionalidad. Se ha utilizado el término para denominar el mundo de lo humano, las creaciones ideales; moral, arte y religión, así como una forma de energía que impulsa a actuar y a la que queda reducida toda expresión de la realidad.

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En este sentido, la espiritualidad es una fuerza original, esencial, que define en el tiempo a la cultura, tal como se desprende de la idea dialéctica de Hegel del advenimiento del espíritu en la historia. Expresa lo que en el devenir histórico puede reconocerse como configuraciones especiales en tiempo y espacio: ideologías, weltanschauen, hegemonías paradigmáticas o mitologías.

Para los especialistas en religiones este es precisamente el campo de estudios de la historia de las religiones. Es decir, el ámbito de la relación entre el origen de los comportamientos del hombre y la totalidad de lo real, el campo de estudio que pretende una interpretación de la cultura partiendo del reconocimiento de las formas religiosas.

Ahora bien, existen innumerables conceptos de religión, desde aquellos más generales como el que esbozábamos arriba hasta conceptos estrechamente circunscritos a realidades religiosas específicas. De ellos se desprenden, de igual manera, diferentes formas de entender lo religioso y, por supuesto, diversas opiniones sobre lo que, en opinión de los autores, es religioso y lo que no lo es.

Religión, un término insuficiente

El historiador de las religiones, Mircea Eliade, afirma en su libro La Búsqueda que es un inconveniente que no exista otra palabra para describir la experiencia de lo sagrado que religión, en referencia a la ambigua carga conceptual que se asocia con la palabra y a la cantidad de experiencias espirituales, incluso disímiles entre sí, que describe.

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El autor se pregunta cómo puede utilizarse el término de forma indistinta al antiguo Oriente Medio, al judaísmo, al cristianismo y al islam, o al hinduismo, al budismo y al confusionismo, así como a todos los denominados “pueblos primitivos”.

Además de lo que Eliade plantea, anotamos que la palabra religión evoca disímiles experiencias; Iglesias, dogmas, rituales, relación con Dios, esperanza, fe, origen de la organización social, sistema de control social, superstición, sistema de mitos, certeza de protección celestial, fundamentalismos, etc.

En lo que sí están de acuerdo las diferentes opiniones es que el concepto religión refiere en su acepción más importante a la espiritualidad de las sociedades, al sentido que los grupos sociales le asignan a sus acciones en un espacio sagrado de la vida. Esa condición expresa una verdad general aplicable a cualquier cultura, en cualquier época.

Hasta la próxima oportunidad, cuando revisaremos una variedad de conceptos y aproximaciones sobre la religión.

Libros mencionados en este post:

  • Eliade, Mircea. La Búsqueda, Editorial Kairos, Barcelona, 2000.
  • Kuhn, Thomas. La estructura de las revoluciones científicas. Fondo de cultura económica. México. 2000.

Todas las imágenes son de uso público, algunas modificadas en su tamaño original con Paint.

Hoy uso la etiqueta #Venezuela, según reto propuesto por @danielvehe y que pueden leer aquí; tal vez se animen.

Soy

@gracielaacevedo
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Interesante tema el que traes hoy porque en nombre de la religión en su concepto más acotado y reducido a prácticas básicas de determinados grupos se han cometido las más grandes atrocidades de las que puede dar fe la historia.
Sea este post la oportunidad para quienes lo lean asuman una concepción más amplia y equilibrada como la que describe el último párrafo.
Saludos, @gracielaacevedo.
He apreciado esta lectura.

Gracias por tu lectura y comentario @sandracabrera. mucha gente cae en la tentación de catalogar como religiosa la causa de atrocidades en la historia. Desde donde investigo el concepto hay que separar esa parte substancial del comportamiento humano de las acciones de alguna gente que puede mantener, o no, grupos conformados y desde los cuales se usa la pertenencia eclesial o de origen cultural como excusa para discriminar atacar o exterminar. Las teorías sobre el concepto permiten manejar la discusión sobre la religión (mucha gente huye de esta discusión) en términos más asépticos. Saludos.

Interesante...en nombre de la religión se cometen las mayores atrocidades humanas y la carga moral se vacía en el depósito de esa disyuntiva epistémica, que es una posición muy cómoda, por cierto...

Interesante trabajo el que nos trae hoy, @gracielaacevedo. Leo y no puedo dejar de recordar una discusión en una de las clases de maestría en donde llegábamos a la conclusión de que el venezolano, justamente en sus momentos más duros, buscaba refugiarse en la religión, en creencias, sostenerse en deidades para sentirse protegido. Sentir que hay una fuerza superior a él y ante eso se abandona. Es una forma de no asumir algunas responsabilidades, sino entregarle el "testigo" a otro que puede solucionarle el problema. Un abrazo

Gracias por narrar tu experiencia, @nancybriti. En los momentos duros y en los felices la gente se refugia en la religión para sentirse protegido: por ello la gente bautiza ( o pone agua) con gran alegría, por eso las madres bendicen cada mañana a sus hijos al salir de casa, en tiempos malos particularmente, cierto, pero la idea de abandonarse a una fueza superior permite liberar grandes tensiones. Quien tiene eso, la creencia, es afortunado; quien no lo tiene lo pasa peor... a menos que tenga la ciencia o una piel muy muy curtida... Gracias por tu siempre agradable visita, un abrazo.

Me parece muy bien elaborado tu post, @gracielaacevedo. Das una visión crítica de la ciencia. En mi opinión, necesaria para "desmitificarla", obviamente, sin negarla, colocándola en su justo lugar. Yo prefiero, en lo personal, usar el término "sagrado", pero eso no resuelve el problema. Me parece que lo apuntado en el último párrafo de tu trabajo va en la dirección que acompañaría. Gracias. Saludos.

Gracias por tu lectura, @josemalavem. La historia de la ciencia es relativamente nueva en la historia, por lo que siempre es necesario observarla desde afuera, este es un ejercicio que han acometido varios autores, de los más brillantes Ernst Cassirer, quien estudia la deuda de la ciencia con el lenguaje y la religión. Es una temática fascinante.
En un muy próximo post trataré de abordar los diferentes conceptos de religión que se cobijan en la premisa de ese último párrafo del post de hoy al que haces alusión. Espero tu compañía en esa discusión.
Recibe un abrazo.

Interesante post,sobre una temática compleja antes de la existencia de la ciencia ya el hombre era religioso,lo sigue siendo aun desde posiciones científicas y cientificistas. La espiritualidad surgió de la cultura y ahora se expresa de diferentes maneras, incluso teñidas de agnosticismo.Gracias,por ilustrar,@gracielaacevedo, aun en "tiempos postmodernos" se agradece la luz de la ilustración aunque proyecte sombras nuevas.

Para el espacio de lo religioso la ciencia no tiene respuestas convincentes, y a gran escala menos, @ramonochoag; aunque ya se está formando un espacio de intercepción donde lo religioso pisa espacios anteriormente reservados a la promoción científica y viceversa, donde la religión entrega respuestas a preguntas científicas.
Nuestra natural tendencia a oponer nos ha hecho separar estas dos formas de conocimiento como excluyentes una de otra. Pero hay ahora visiones muy interesantes... iremos viendo. Gracias por tu presencia. Un abrazo