Señorita D'nadie
Señorita D'nadie
Tres días bastaron para dejar muy en claro que así como se hacía llamar,
tal cual fue su corazón y a su seudónimo sí que le dio gran honor.
Más que un cuento, más que una historia,
son voces dadas por recuerdos que
se sitúan al borde del terrible
abismo del olvido.
algo que en mi vida jamás pensé que ocurriría.
Día 1
Eres sol, eres luz, eres ternura, eres...
Calles hermosas y pacíficas, eran calles desconocidas y yo un desconocido que mientras por ellas caminaba me deleitaba en ver su gentilicio, un día propicio en el cual hacer nada era más de lo mismo.
Quien diría que al declinar el día todo eso sería tan diferente...
Después de andar y divagar en pensamientos me acerco a una plaza donde niños corrían y reían, ahí estaba ella, sentada en uno de los bancos, distraída y tan solitaria. Con tan solo levantar la mirada fue un solaz delante de mí, ella con una sonrisa tan tierna en breve logró cautivarme. Durante los siguientes minutos nos sumamos a esa lista de extraños que se apuntan en el demencial y mortal juego de conocerse.
Aún sin saber mucho el uno del otro, chistes y conversaciones banales nos abrieron paso a la "confianza", primero dije mi nombre y luego ella dijo el suyo: "D'nadie, señorita D'nadie", al momento sonreí pensando que jugaba y no quería decirlo, pero ella solo sonrió y se abrió camino hacia otras conversaciones.
Las pocas horas que pasamos juntos volaron, era tiempo de ir a casa,
cada uno por su parte pero no sin un "hasta mañana",
a la misma hora y en el mismo lugar.
Día 2
Eres curiosa, eres quien invade mis pensamientos, eres...
Odiaba los poetas pero desde que desperté deseaba ser uno, quería convertirla en mi musa y prosa a pesar de que para nada me la llevaba con la rima. Pensaba sin razón alguna como impresionar a aquella chica, ignorando que ya estaba muy cerca el tiempo de la despedida.
Había ya declinado el día y con gran emoción me apresuraba a llegar al mismo lugar, estando allí me preguntaba donde estaba, no alcanzaba verla, recorría con mi mirada toda aquella plaza y nada que llegaba, la espera me mataba.
Hasta que un "hola" me hizo respirar profundamente, había llegado pero algo había cambiado, un nuevo look, estaba diferente pero solo en lo superficial pues su sonrisa y tierna mirada seguían surtiendo el mismo efecto, efecto encantador y adictivo.
Antes de lograr abrir mis labios se apresuró y dijo: "no preguntes". Extraño, pero al instante fue obviado tal hecho entre cursis palabras, el ambiente era muy diferente, como si nos conociésemos desde hace mucho tiempo conversabamos, nos perdíamos en nuestras miradas, yo más que ella.
Si la noche anterior fue buena, esta fue mucho mejor, tal como un niño me sentía mientras caminábamos y contábamos chistes riéndonos el uno del otro, se que ella lo percibía y la verdad no había que ser perspicaz para hacerlo. Cuanto me gustaba quería decirle pero ese nudo en la garganta no me dejaba.
La hora de volver a casa había llegado y me dispuse a acompañarla pero ella se negó, yo insistí y solo me permitió acompañarla hasta cierto punto, era muy curioso el porqué pero en realidad no me importaba. Al llegar al sitio donde debíamos despedirnos, traté de decir más que un hasta mañana pero no pude, a los ojos ella me vio y sonrió diciendo hasta mañana.
Mientras la veía alejarse me decía a mí mismo: "inútil por qué no le hablaste". Ya era un día menos, mañana debía despedirme, debía volver a mi mundo nuevamente.
Día 3
Eres como nadie, eres preciosa, eres mí pasión, eres... Olvido.
Ya es de mañana y frente al espejo no dejo de preguntarme "¿qué haré?" Casi es tiempo de volver. El día y los quehaceres se me pasaron en un abrir y cerrar de ojos, me sentía tan extraño y a la vez afanado. Llegada la tarde me apresuré a salir y llegar a ese lugar, lugar que en cuestión de días me hizo llamarlo bendito.
Al estar allí pensé que el tiempo que estaría a solas antes de que ella llegara me serviría para practicar todo lo que le diría, pero no fue así, ella ya estaba allí observándome, estoy seguro que mi reacción de sorpresa fue muy graciosa, pues su expresión lo afirmó.
Después de saludarnos y hablar un poco de nuestro día todo estaba muy diferente, no habían sonrisas sino más bien dos rostros un tanto tristes; ella fue la primera en hablar sobre eso y dijo: "antes que decidas decir algo quiero pedirte una cosa, no te enamores de mí por favor, no conviene, no te conviene", viéndola fijamente respondí: "ya es muy tarde", ese instante después de aquellas cortas palabras que decían mucho no lo cambiaría ni por lo más valioso de este mundo, pues fue seguido por un beso, beso que me elevó hasta lo más alto y terminado me dejo allá arriba.
Una sonrisa rompió aquel intenso silencio que hubo después del beso, luego ella dijo: "vamos, acompáñame". Mientras caminábamos continuó hablando: "¿sabes porque te dije que no te enamorarás? Porque jamas nos volveremos a ver después de esto, una vez jugué con Cupido a ser su blanco y acertó con una de sus flechas, fue tan lindo pero duele, es una flecha, después de eso no me retiré del juego sino que seguí, esta vez no siendo el blanco sino la flecha, perdón pero debo irme".
Me encantó la historia, sobretodo por el final "no tan feliz" pero que al mismo tiempo no deja nada mas que deseear; pues de todos modos es "señorita D' nadie" ❤
No siempre los finales son como los esperamos. Gracias por dedicar tiempo para leerme.
¡Hola! aquí esta el resumen de la noche de poesía donde te mencioné, abrazos. https://steemit.com/spanish/@elocuenciadsnuda/resumen-de-la-noche-de-poesia
Siempre tan romántico y dulce lo que escribes. Un abrazo<3